viernes, 15 de marzo de 2013

En los bateyes cañeros sí hay miseria

Por: Juan Francisco Matos Espinosa
          
Monseñor Rafael Leonidas Felipe Núñez, obispo de Barahona en unas declaraciones ofrecidas en la ciudad de Neyba, destacó los cambios que han experimentado comunidades de la Zona Cañera,  que son muy, pero muy pocos, entre las que cita la de El Palmar de Neyba, que tiene algunas de sus calles asfaltadas. Esto es algo positivo

Pero el religioso reconoce que en esa zona prevalece la miseria, entre otras tantas necesidades de orden material que afectan a los comunitarios, quienes,  a su juicio, tienen la esperanza de que eso mejora al pasar el tiempo.

Nos complace que la máxima autoridad católica en Barahona reconozca que en los bateyes cañeros sí hay miseria. Ahora, esperamos que  los defensores gratuitos del CAC, no sigan negando esta cruda realidad que afecta a miles de seres humanos


Todos los que creemos en DIOS siempre tenemos la esperanza puesta en EL de que los
problemas que afectan a nuestras comunidades mejorarán, pero  sucede que años vienen y van, y todo sigue igual o peor, y si alguna mejoría se logra, siempre es muy pírrica, naturalmente por la irresponsabilidad gubernamental, empresarial y municipal..

Uno de los párrafos de la información del religioso publicada en medios digitales de la zona dice textualmente: "Dijo que las necesidades que tienen esas poblaciones deben ser atendidas más por las instituciones gubernamentales y las Alcaldías de los municipios y los distritos municipales".

No obstante, este dicho del prelado católico contrasta mucho con el sentir de los  habitantes de la zona, que consiste en que la mayor responsabilidad de sus penurias, recaen sobre al CAC.

Nótese que en el párrafo el obispo atribuye muy poca responsabilidad al Consorcio Azucarero Central (CAC) sobre los problemas que tienen los bateyes cañeros, que son entre otras, miseria, hambre, desempleo, enfermedades, desesperación, falta de oportunidades, desnutrición en la población infantil Etc., Etec..

Para nosotros tanto el CAC, como los gobiernos de turno (incluyendo el actual y sus autoridades), instituciones gubernamentales, así como las autoridades de los Ayuntamientos y Juntas Distritales, tienen igual responsabilidad de los que pasa en los bateyes de la empresa azucarera. Por lo tanto, en este tenor no se puede eximir de culpa a ningumo de estos actores.

Nosotros como medio de información seguiremos haciéndonos eco de la actual situación de hambre y miseria que se resgistra en la Zona Cañera desde que el ingenio Barahona  fue privatizado.

Solo callaremos, no cuando a esto se le ponga punto final, sino cuando veamos que uno de los responsables de estos males se lance de todo corazón a enfrentarlos de manera firme y responsable. Y  sí por casualidad de la vida o el destino, todos juntos toman la iniciativa, MUCHO MEJOR.

Basados en la opinión de la mayoría de los residentes en los bateyes cañeros, antes de la privatización del central azucarero local, en la Zoña Cañera se vivía mejor.

No somos iguales, aunque lo dicte un papel

Por David Ramírez.

Antes de comenzar, debo aclarar a mis amigos lectores que no soy abogado, tampoco un experto constitucional, pero no es  indispensable serlo para saber que las leyes se hacen para ser cumplidas por todos. Al igual que el primer artículo de la Declaración Universal de Derechos Humanos , la Constitución Dominicana dice en el artículo 39 que todos somos iguales ante la Ley.

Partiendo de lo que ya está escrito, es de suponer, entonces, que nadie en esta media isla debe tener privilegios, prebendas ni  tratos de favor según el nivel económico, la posición social, o el cargo que ocupa en el Estado. Pero, como declaró en una ocasión el fallecido dictador bonapartista Joaquín Balaguer, la Constitución no es más que un pedazo de papel, porque cuando se trata de aplicar la ley a los delitos provenientes de los estratos poderosos de la Sociedad, la igualdad se convierte en tinta muerta.

Digo esto porque acabo de leer el pronunciamiento del presidente de la comisión disciplinaria de la Cámara de Diputados, Henry Merán, de que el congresista, Ramón Fernández (Papo), acusado de violar y secuestrar a una menor de edad, puede reintegrarse a sus labores con “dignidad” en ese cuerpo legislativo después de haber cumplido por su delito  una pequeña condena de sólo seis meses de prisión en la cárcel Najayo.

Debo recordarle a mis amigos lectores, que la niña que supuestamente violó el diputado Fernández, era una menor de 14 años que pedía ayuda en las calles para un tío que estaba enfermo. Este señor diputado, se acercó a la menor  y la convenció para que lo acompañara a un lugar para conseguirle la tan necesitada ayuda económica.

Luego de montarla en su vehículo, la llevó  engañada  a una cabaña donde supuestamente le dio a beber un extraño líquido para dormirla y después  violarla.

El caso es que este monstruo, para evitar ser llevado a la justicia y salirse con la suya, llegó a un acuerdo económico con los familiares de la menor. Propuso sobornarlos con RD$ 300 mil pesos para que mantuvieran silencio, pero al no cumplir el acuerdo, los familiares decidieron denunciar al diputado ante la justicia.

El diputado Fernández  fue llevado  a los tribunales donde fue encontrado culpable, pero sólo le cantaron seis meses de prisión porque de la violación ya había transcurrido varios años y la víctima era ya mayor de edad. Fue una sentencia benigna  y un mensaje alentador para  los a violadores y depredares sexuales.

Mientras estos monstruos patrullen por nuestras calles, la vida y la dignidad de una inocente criatura  no vale nada. Pero el caso del diputado Fernández no será el último ni el primero, siempre habrá  impunidad para violadores y depredadores sexuales  cuando se trate de una persona con poder económico o político.

Ese no ha sido el caso con el locutor Luís Zapata Sánchez, un hijo de machepa que cometió el mismo error, guardando cierta distancia, de violar a una menor.

Por su delito, la justicia no ha sido  tan benigna con el locutor Zapata Sánchez como lo fue con el diputado Fernández. A este locutor le cantaron diez años prisión, para ser cumplido en una de las peores cárceles de país.

Zapata Sánchez , por haber violado a su esposa cuando era menor de edad lleva varios años en prisión. Al momento de cantarle sentencia, la justicia no tomó nunca en cuenta que ya era mayor de edad, ni tampoco que se habían casado y que tenía años conviviendo junto en un mismo techo. En pocas palabras,  la justicia no lo ha trató con el mismo privilegio que el diputado Fernández.

Con Zapata Sánchez de nada ha valido la recepción de una gran cantidad de solicitudes de indulto a su favor por parte de decenas de  instituciones, de cientos de compañeros de la misma profesión, de personalidades de la sociedad dominicana y hasta de su esposa, que con llantos  en los ojos pide  a gritos que perdonen y dejen en libertad a su esposo.

Zapata Sánchez no ha salido de la prisión por una sola razón, en este país los ciudadanos no somos iguales.

Aunque lo dicte un papel.

domingo, 10 de marzo de 2013

El viejito del saco (Caso verídico)

Por David Ramírez.

El 20 de diciembre del año 2010, el niño Ángel Batista Feliz, de apenas 20 meses, jugaba en el patio de su casa en compañía de dos amiguitos, de repente y como por arte de magia, el niño desapareció sin dejar huellas. Ese día su madre, Fabiola María Peña Arias (como muchas madres solteras y trabajadoras de Barahona), bajo la angustia y desesperación comenzó una búsqueda por todos los rincones del barrio El Puente hasta muy tarde de la noche.

Lo primero que se pensó sobre la desaparición del niño era que había sido arrastrado por el río Birán ya que la vivienda se encontraba a pocos metros de su cauce. Al pasar las horas, Fabiola ya era presa de los pensamientos que tanto temía; Que su niño había sido secuestrado.

Aquel día, cuando me enteré del suceso, le solicité a mi amigo, el periodista Víctor Reyes, que investigada la historia sobre la desaparición del infante porque un diario digital me lo había solicitado. Ya para entonces  no quedaba la menor duda que Angel había sido plagiado por manos criminales. De ese suceso han pasado más de dos años  y del niño nada se ha sabido y peor aún, tampoco se sabe cómo desapareció ni porqué.

Cuando se enteraron del caso, la policía local supuestamente inició una investigación, pero nada ha aportado a la prensa hasta el día de hoy. En la ciudad hubo muchos rumores y conjeturas, pero sencillamente el niño desapareció como si se lo hubiese tragado la tierra.

Recuerdo que durante largo tiempo me invadió muchas dudas e interrogantes sobre la desaparición del infante. Fue en ese instante cuando recordé un caso que había ocurrido en la ciudad hace muchos años sobre un viejito  que, con el saco al hombro, supuestamente  se dedicaba a robar niños.

Lo del viejito del saco podría parecer descabellado e inverosímil para los más jóvenes, pero ocurrió al principio de la década de los setenta cuando en Barahona no existía la modernidad de hoy en día. Eran tiempos oscuros para nuestro país, gobernado en aquel entonces por una dictadura balaguerísta que comenzaba a mostrar señales de agonía, no sin antes dejar las cárceles llenas de presos políticos, exiliados y la sangre de centenares de mártires.

Para esa época circulaban los rumores más estupendos y exagerados, entre ellas que en la ciudad rondaba por las calles un viejito con un saco al hombro robando niños para convertirlos en vela  (¿?).Fueron tiempos cuando Barahona comenzó a ser castigada por primera vez por los constantes y largos apagones. En cualquier hogar de la ciudad, la vela y las lámparas de gas eran (y siguen siendo hoy en día), nuestro más preciados tesoros al caer la tarde.

Recuerdo que mi abuelita (que fue quien me crió ya que mi madre era discapacitada), casi no  me dejaba poner un pie fuera de la casa y cuando lo hacía me advertía que tuviese cuidado con cualquier viejito que se me acercara. Los niños,  cuando jugaban en las calles, al ver cualquier viejito sospechoso acercarse, corrían a esconderse temerosos de que fuera el viejito del saco.

Ser viejito y andar con un saco al hombro por las calles de Barahona en aquella época implicaba ser  sospechoso para la policía, también para los padres que, bajo el miedo y la ignorancia, podían agredirlo para evitar por todo lo medio que sus vástagos terminaran en cualquier mesita de noche convertidos en una vulgar vela de cebo.

La historia del viejito del saco así como apareció, así desapareció. Nunca se comprobó la existencia de ese misterioso personaje, tampoco de casos comprobados de niños  desaparecidos para esa época.

Ya siendo adulto, nunca le encontré sentido a ese caso, porque en la década de los setenta en toda  la ciudad pululaban muchos cerdos y otros animales realengos, defecando por doquier. Era más fácil fabricar velas de cebos con la grasa de esos animales que con seres humanos y menos si eran niños.

Con el tiempo aprendí que lo del viejito del saco, al igual que la mujer del algodón, fueron engaños de la dictadura balaguerísta. Con estas  fábulas se pretendió  mantener entretenido y aterrorizado al pueblo barahonero, para que apartaran sus oídos de los problemas sociales o políticos de la época.

Sobre el caso del niño Ángel Batista Feliz es diferente. En el país existe una mafia que secuestra niños o persuaden a mujeres pobres para que vendan a sus hijos, de eso no existe ninguna dudas. Es una actividad criminal con actores sociales con mucha influencia en el Estado, usan los niños para prostituirlos, venderlos a familias adineradas y en el peor de los caso, para sacarles los órganos.

Sólo esperamos que el secuestro del niño Ángel Batista Feliz no quede impune, que  aparezca ya, sano y salvo para felicidad de su madre.

martes, 5 de marzo de 2013

El curioso caso de Fondo Negro

Por David Ramírez. 


Fondo Negro es un pequeño pueblo construido  al borde mismo de la carretera Barahona -Azua. Como muchos otros pueblitos  en la provincia de Barahona sus moradores viven de la agricultura de subsistencia, las remesas de sus hijos ausentes y la pesca.

La fundación de este pueblo es tan negra como su propio nombre. En 1880 tuvo sus primeros asentamientos humanos gracias a la llegada de ciudadanos procedentes de la villa de Barahona (para aquella época muchos barahoneros constantemente se desplazaban de un sitio a otro, sin residencia permanente),  que atraído por la fertilidad de la tierra, su cercanía al majestuoso río Yaque del Sur, el verdor de sus árboles y el esplendido aislamiento de la zona, creyeron que era un lugar excelente para vivir de manera tranquila, sin ser detectados, ni molestados.


De  ahí deriva el curioso nombre de Fondo Negro, porque desde su inicio fue considerado un  pueblo apartado, de gentes recelosas y poco sociables. Fondo Negro fue durante muchos años un pueblo oscuro, casi hermético, pero al pasar los años y gracias a la construcción de la carretera,  la modernidad sacó a este lugar de su aislamiento. En el año 2003. Fondo Negro fue elevado a Distrito Municipal del municipio de Vicente Noble.


Casi la  mayoría de sus  trece mil habitantes se alojan en algo que se asemejaría a una vivienda, cuyo aspecto general es deplorable. En Fondo Negro la vida es una rutina de? miseria y desesperanza.


Pero además de su nombre, algo curioso ocurre en ese lugar. Desde hace varios años sus habitantes gozan de energía eléctrica las 24 horas del día, muchas casas “privilegiadas” o “de los ricos” tienen instalado el servicio telefónico, el Internet, la televisión por cable satelital y otras maravillas de la vida moderna, pero en el pueblo no  existe el servicio de agua potable.


Hace 33 años fondo Negro  está sin agua potable y nadie les brinda la ayuda. Actualmente el agua que consumen les llega cada cuatro días directamente del río Yaque del Sur, pero no es agua potable porque no ha sido filtrada con los correspondientes tratamientos potabilizadores. El agua del río es  usada para todas las necesidades del hogar, incluso la usan para cocinar los alimentos, pero al no ser un agua purificada,  muchos  temen que en algún momento se desate en el pueblo  brotes epidémicos.


El calvario de sus habitantes comenzó en el año 1979 cuando el huracán David destruyó el único acueducto que le brindaba el vital servicio. A partir de esa fecha sus habitantes se embarcaron en  protagonizar innumerables  huelgas, protestas y paralización del tránsito por la carretera, pero esto no ha servido absolutamente para nada.


Cuando Fondo Negro cumplió 31 años sin agua potable, un pastor  evangélico propuso una singular forma de protestar en contra de tan abominable olvido. Propuso a sus habitantes celebrarlo en las calles pacíficamente, como si fuera una de sus fiestas religiosas.


Fue así como un grupo de amas de casas, acompañadas con sus respectivos maridos, marcharon pacíficamente por las polvorientas calles del pueblo con cubos y latas vacías en las manos. Esta marcha llamó mucho la atención de las autoridades que para solucionar el problema “provisionalmente” le instalaron una bomba cerca del río mientras  supuestamente empalmaban unas tuberías del nuevo acueducto recién construido en el pueblo vecino de Quita Coraza.


En mayo del año pasado el  entonces el presidente Leonel Fernández inauguro el acueducto (con una inversión de 32 millones de pesos),  pero el agua potable de tan prometido acueducto nunca llegó a los hogares de Fondo Negro.


Hoy los residentes de Fondo Negro no ocultan su enfado porque consideran que fueron víctima de un vil engaño, inauguraron una obra millonaria que ni siquiera sirve para suplir de agua potable al pueblo de Quita Coraza, por eso muchos llaman a esa obra una gran estafa para el Estado.


La única esperanza que tienen los residentes de esa comunidad agrícola es que el INAPA realice unos ensambles con el Acueducto Regional del Suroeste (Asuro) para que el agua potable por fin llegue a los hogares. Mientras tanto, el único negocio que florece en Fondo Negro es el de los camiones que, como hormigas hambrientas, acuden diariamente al pueblo  a vender el tanque de 55 galones a 70 pesos.

viernes, 1 de marzo de 2013

El encubridor

Por David Ramírez. 

Fue un discurso bonito, empeñado más en demostrar que ya aprendió a dominar el arte de la oratoria, que ya no es el tímido dirigente peledeísta de antaño, que ahora es un presidente con una personalidad propia, confiable y con un liderazgo en crecimiento.


Un discurso acompañado de los anuncios y promesas habituales a los que nos tenían ya acostumbrado todos los presidentes que lo antecedieron, un discurso con más de los mismos, una engañifa para entretener a los más borregos.

Lo de la Barrick Gold es sólo pompas de jabón, el sabe bien quienes fueron los culpables de tan leonino contrato. Este pulpo minero, llegó al país de la mano de algunos de sus más cercanos colaboradores, de sus compañeros de partido que en el gobierno o el congreso firmaron o levantaron las manos asumiendo una aptitud entreguista, antinacional y antipopular. Aprobaron y firmaron un contrato minero neocolonial sin leerlo a fondo. ¡Qué vergüenza!

Todos sabemos que el contrato con la barrick fue negocio capa perro, espurio,lesivo contra el país y el pueblo. El presidente en vez de denunciar a los culpables y distanciarse de ellos, sólo buscó ocultar lo inocultable, instrumentalizar un reclamo popular y luego sacar a la superficie un “nacionalismo” trasnochado, de ridícula solemnidad.

Al final, no hubo ni una palabra del déficit fiscal que dejó su mentor y guía político Leonel Fernández ni cómo reducirlo sin que afecte a los sectores más pobre, tampoco habló del paquete de medidas económicas de corte neoliberal (dictadas por el Fondo Monetario Internacional), que debe implementar cuanto antes su gobierno.

No dijo nada del endeudamientos y la intensificación de la presión fiscal y tributaria (luego de aprobada la reforma fiscal), que se espera sobre la economía y los consumidores, guardó silencio sobre los casos de corrupción denunciado durante el gobierno pasado, dejó fuera los temas de la tarifa eléctrica y el aumento de los combustible.

Al parecer el presidente no consideró que el empobrecimiento real de la población asalariada y desempleada era un tema de importancia, tampoco sobre cómo implementar recortes en el gasto público, reducir la nómina en el Estado ni como evitará que la carga impositiva que se está aplicando a la canasta familiar siga empobreciendo más a la masa pobre.

Fue un discurso para encubrir y evadir realidades, aunque a sus fervientes paniaguados les parezca otra cosa.

¿Quiénes son los avivatos?

Por David Ramírez. 

Cuando yo era un adolescente solía acudir casi a diario a la barbería del difunto Herminio Paulino, que estaba ubicada en la calle Padre Billini, con el único propósito de leer el periódico El Caribe, dirigido en aquel entonces por el brillante periodista Germán Emilio Ornes. Para esa época, Don Herminio era uno de los pocos ciudadanos  en Barahona que aún compraba ese diario, bautizado por la izquierda con el mote de conservador y archireaccionario.


Recuerdo que en sus páginas finales publicaban una tira cómica llamada “Avivato”. Este personaje, creado por un dibujante argentino,  tenía como cultura la de vivir de los más pendejos. Avivato era tramposo, embustero, habilidoso para timar a la gente, pero sobre todo con un sentido de la oportunidad. Donde había posibilidad de ganar dinero fácil y sin respetar las reglas, ahí estaba Avivato.

En muchos países de América Latina ya es común utilizar el vocablo avivato para referirse a las personas que actúan como el susodicho personaje de las tiras comicas, aunque la Real Academia Española (RAE), no lo reconozca.

Este personaje me llegó a la memoria por el reciente comentario de un bloguero que afirmaba que los miembros del Comité por el rescate de la playa Saladillas y quienes se movilizaron con ellos  por las calles de Barahona para exigir que no se privatizara ese balneario público, fueron un grupo de avivatos que lo único que buscaban era ganarse unos chelitos para bebérselo de romos y 'parrandear' con mujeres.

El comentario de ese caballero fue un exabrupto y todo porque según él, Saladillas luce abandonada, sucia por todos lados. ¿Y los miembros del comité? Dizque  no aparecen ni en los centros espiritistas.

Es bueno destacar, primero, que si la playa Saladillas luce abandonada no ha sido culpa del comité, sino por el desinterés mostrado por las autoridades de Turismo y el Ayuntamiento Municipal. Segundo, escuché recientemente que Turismo iniciará un operativo en  los próximos días para recrear el ambiente de la playa con motivo de la Semana Santa, lo cual es una noticia muy positiva.

Después de las jornadas exitosas de movilizaciones y protestas por recuperar ese balneario, ya nada volverá a ser igual, las posibilidades de que  la playa sea  privatizada es muy improbable, por no decir imposible. Debo destacar que no soy parte del comité ni debo favores a ningunos de sus miembros, tampoco creo que hayan recibido dinero, de haber sido cierto yo me hubiera enterado.

Ahora bien, ¿quiénes son los verdaderos avivatos? Son aquellos que usando triquiñuelas o recurriendo a notarios públicos, quisieron robarse los 60 metros de playa que la ley 6400 establece para el dominio público.

Avivatos, son aquellos propietarios de terrenos que engañaron a unos inversionistas hoteleros con más de 10 millones de dólares al venderle una amplia zona de la playa.

Avivatos, son los miembros de esas “familias prestantes” de Barahona que, creyéndose impunes  y con el apoyo tácito de algunos regidores o funcionarios del gobierno, promovieron por  el Internet  junto con varios corredores inmobiliarios internacionales la venta de terrenos junto con la playa.

¡Esos son los verdaderos avivatos! A ellos es que debemos enfrentar o denunciar públicamente.

Con la recuperación de la playa Saladillas comenzó a elaborarse una nueva concepción de la lucha del pueblo barahonero. Que esas jornadas de protestas y rebeldía civil para recuperar tan paradisiaco  balneario sirva de experiencia y recordatorio para organizarnos mejor, porque ese triunfo histórico solo fue posible gracias a la sólida unidad de todos los barahoneros.