
Las dificultades que presentan en los servicios básicos, entre los que se citan la carestía de los precios de los alimentos que conforman la canasta familiar; la falta de energía eléctrica, el alto cúmulo de basura en las esquinas y el incremento de actos delincuenciales, son situaciones que alarman, irritan y desmotivan a la población, que este domingo se desahogó ante reporteros de El Nuevo Diario y se mostró desesperanzada y poco crédula ante el Gobierno, que según ellos, vende la idea de soluciones que al final no se observan ni se palpan.
En las últimas semanas se ha visto que los precios de los servicios de salud, educación, energía eléctrica, transporte y alimentos se han disparado, debido al incremento en el costo de los combustibles a nivel internacional.
La ciudadanía manifestó abiertamente su disgusto ante la impotencia de que cada semana los precios de productos de primera necesidad como el pollo, arroz, aceite, pastas, habichuela, plántanos, salsas, embustidos, entre otros, sufren constantes alzas en sus precios, a lo que agregan, que contradictoriamente, los sueldos se mantienen en igual proporción.
Luz María Plata, ama de casa que se encontraba en un colmado al momento de ser entrevistada, expresó indignada que una libra de pollo costaba 32 pesos y de repente cuando fue al colmado la encontró a 55 pesos.
“Cuando pregunté que por qué subió tanto el precio del pollo, me dijo el dueño del colmado que la gasolina y la electricidad le llegó más cara y que por tanto el tenía que subir los precios de los alimentos para poder compensar, y yo le respondí que yo no tenía la culpa, y me contestó que él tampoco”.
Consultando al dependiente de el “Colmado Cabral”, el joven Heiny Bolívar, éste admitió que ha habido un aumento de aproximadamente entre un 25% y un 30% a los precios de los alimentos básicos.
“Mire señora, el arroz La Garza y el Campo, que son los empacados y el que la gente más busca por su calidad, están a 35.00 pesos; el arroz suelto, que se vendía a RD$18.00, ahora está a 25.00 pesos, y es que la gasolina sube todas las semanas y ahora el gobierno sólo le bajó un peso”, manifestó.
Indicó que la habichuela enlatada que anteriormente costaba 32.00 pesos, ahora cuesta 55 pesos. Sobre el aceite de una libra, el mismo cuesta 55.00 pesos, mientras que la libra de espaguetis a 30.00 pesos, “el salami se consigue a 90 pesos y a veces a 80.00 pesos”.
Mientras que Henry de los Santos, dueño del colmado Henry, dijo que en su negocio él tuvo que aumentar los precios de los alimentos que más se venden para poder “sobrevivir y no quitar el establecimiento”.
“Cuando yo voy a comprar a los almacenes, me encuentro con que ellos aumentaron el precio del arroz, del aceite, de la salsa, de los espaguetis… todo, y yo tengo que aplicar ese aumento a cada producto, entiéndame”, dijo.
Indicó que las autoridades del gobierno son las culpables de que los precios de los alimentos se disparen, porque constantemente aumentan los precios de la gasolina, y eso es una cadena que se refleja en la venta y compra de los alimentos.
EL DILEMA DE LOS APAGONES Y LA DELINCUENCIA
Ciudadanos de los sectores de Villa Consuelo, Villa María, Los Mina, 27 de Abril, Villa Francisca, San Carlos, y Santa Bárbara, se mostraron indignados con los constantes apagones y la delincuencia que ha proliferado en esas demarcaciones.
Los ciudadanos significaron que las CDEEE sabe darles hasta apagones de hasta 18 horas, y cuando llega la factura eléctrica observan que tiene un incremento de hasta un 50%.
“Ellos aumentaron el precio de la factura mensual, y los apagones se incrementan y duran más, ya no sabemos qué hacer, y mire aunque aumentaron el sueldo, eso no da, porque cuando lo hicieron, ahí mismo aumentaron los alimentos y la luz”, puntualizaron.
También denunciaron que, aunque los agentes policiales recorren las calles, los delincuentes ya saben a la hora que se retiran, “y es ahí cuando inician sus fechorías atracando a los transeúntes”.
Asimismo, manifestaron que además de las alzas en los precios de los alimentos de primera necesidad, la proliferación de la delincuencia y las largas tandas de apagones, la población también se quejó de los hoyos, alcantarillas obstruidas y los filtrantes sin tapas, que tienen las calles de los barrios populosos del Distrito Nacional.
Dijeron que en casi todas las calles se puede observar un filtrante sin tapa, lo que puede causar un accidente a una persona que cruce la arteria.
Igualmente, expresaron que con la época de lluvias que vive actualmente la República Dominicana, y las alcantarillas tapadas de basura, es imposible que se evite una inundación en una vía pública.
Se quejaron también que la acumulación de basura en las esquinas de los barrios produce enfermedades, y sin embargo, muchas veces las autoridades de los ayuntamientos no acuden a recogerlas, hasta que una comisión de personas va a los medios de comunicación o envían una carta a la alcaldía correspondiente.
Elaborado por: Jacqueline Morrobel