martes, 9 de octubre de 2012

Reforma Fiscal, una contraprod​ucencia.

Por Jose Antonio Matos Peña.- El Machetazo Fiscal, como bien debe llamarse el paquete de medidas anunciado por el superior gobierno dominicano, la pasada semana, no es más que un corte a toda iniciativa de desarrollo y de reencuentro de la población productiva nacional, con formas  rentables de enfrentar los retos de la vida.

Tan solo el anuncio de la propuesta de reforma fiscal y la inadecuada conformación de la misma, que en principio abarcaba  los más inauditos artículos y sectores informales de la producción y servicios, como son las frituras, por ejemplo, ha llevado el desasosiego a toda la población, su mayoría lógicamente, porque hay una minoría, poseedora de  la mayoría de las riquezas, con capacidad de evadir  parte de los  impuestos y traspasar  otros a los de abajo.

El pueblo dominicano, que vive un letargo político, que duerme esperanzado en que la mentalidad del nuevo gobernante, que no cumple aún, los cien días, pueda mejorar sus penurias, haciendo nuevas inversiones, haciendo grandes ahorros, mejorando la calidad del gasto público, no puede ser despertado por la pesadilla de nuevos impuestos, cuando lo que corresponde es la disminución  de muchos de ellos, cuando lo procedente es ver un respiro de la tanda de apagones, una baja de la tarifa eléctrica, cuando lo procedente es ver un alivio en los precios de los combustibles, elevados a su altísima expresión, por los impuesto directos, posiblemente más que l mismo precio del barril del crudo.

El nuevo presidente, don Danilo Medina, debe sorprender positivamente a la población, con medidas diferentes, como la que ha iniciado la dirección del INDRHI, asistiendo al sistema nacional de riegos, descuidado y abandonado rotundamente por el gobernante anterior, poniendo en manos hambrientas del manejo económico unos pesos, debe instruir, a funcionarios eficientes, como lo aparenta Olgo Fernández, a fin de que desoigan las voces que pretenden que el agua excedente del Yaque del Sur vayan al Mar Caribe, y dejen de llenar toda la hoya del lago Enriquillo.

Una reforma fiscal que grave aún más a una clase media, que además del nivel exorbitante de costo de vida que le inyecta un sistema bancario, que junto a los altos impuestos y los costos desmedidos de crédito, un financiamiento criminal de tarjetas de créditos y un costo oneroso y medalaganario en la comunicación telefónica, es contraproducente.

La república dominicana acaba de se abusada por un sistema de gobierno, en el que los impuestos fueron estelares, los gastos tuvieron las peores cualidades, una población, que a pesar de los anuncios de bondades del tratado con Petro caribe, ha pagado por adelantado el importe en combustible de esa factura que queda pendiente para nosotros y las próximas generaciones.

Inversión al campo y cambio de filosofía en el Bagrícola, es lo que demanda la situación del campo, con decir que él, el campo, no está en agenda de impuestos, no es suficiente, al campo hay que sacarlo del letargo, condonando deudas y abriendo créditos y facilidades a los que queden en el, demanda la situación, honorable presidente, el cinturón deberán apretárselo las clases pudientes y el superior gobierno, porque el pueblo ya, de apretado, esta demasiado.