Por David Ramírez
Ayer fue el último día del estado de emergencia como consecuencia de la pandemia del Covid-19, declarado 19 de marzo por el presidente Danilo Medina. Después de 104 días, sus efectos sobre el empleo son devastadores: aproximadamente 1.2 millón de empleados suspendidos y casi 200 mil cancelados.
Esas cancelaciones se produjeron en el sector turismo, construcción, comercio, ferreterías, salud en las clínicas privadas y zonas francas. Desde el inicio de la reactivación económica, apenas unos 320,117 han sido reactivados a sus puestos de trabajo. Ya los empresarios de Herrera anunciaron que posiblemente el 40% o el 50% de los empleados suspendidos en sus empresas no regresarán a sus puestos de trabajo.
En muchos países, donde se declaró el confinamiento y la paralización laboral, lo primero que establecieron los gobiernos, fue proteger los empleos, aquí se hizo lo contrario, se permitió a muchas empresas, sin causas justificadas, cancelar y suspender trabajadores hasta por 90 días sin salarios.
El gobierno de Danilo Medina, en vez de proteger a los más desfavorecidos durante la pandemia, en este caso la clase trabajadora, favoreció y protegió de manera pusilánime a los ricos, perversos, parásitos y poderosos empresarios, algunos de ellos hasta donaron dinero al Estado Dominicano dizque para combatir la pandemia, como la familia Corripio, por el favor que le prestó el gobierno al permitirle echar a las calles a miles de trabajadores.
Por eso insisto que Danilo Medina es uno de los presidentes más mediocre y perverso de los últimos 100 años.