
Los republicanos se beneficiaron del respaldo de independientes y la energía de los activistas del movimiento conservador Tea Party para lograr ganancias históricas en la Cámara de Representantes y aumentar su fuerza en el Senado.
En una noche victoriosa, no perdieron tiempo para desafiar al presidente Barack Obama con un enfoque económico conservador.
"Esperamos que el presidente Obama ahora respete la voluntad del pueblo, cambie su curso, y se comprometa a hacer los cambios que se piden", dijo el representante de Ohio, John Boehner, en línea para convertirse en el próximo presidente de la cámara baja, ante un grupo de partidarios entusiastas en momentos en los que su partido ganaba terreno el martes en la noche.
Obama llamó a Boehner para felicitarlo y también se comunicó con el líder republicano en el Senado Mitch McConnell y líderes demócratas durante una ronda de conversaciones que refleja los cambios de poder.
Los líderes republicanos se preparaban para una rueda de prensa a finales de la mañana, que será seguida por un encuentro de Obama con reporteros en la Casa Blanca.
Resultados parciales mostraban que los republicanos arrebataron al menos 60 escaños en la Cámara de Representantes, la mayor ganancia lograda por el partido en más de 70 años, y llevaban la ventaja en cuatro puestos más, mucho más de lo necesario para tener una mayoría. En cerca de dos docenas de casos la competencia era demasiado reñida para determinar quien sería el ganador.
Candidatos hispanos del partido republicano lograron también triunfos históricos al conquistar las gobernaciones de Nuevo México y Nevada. Susana Martínez se convirtió en la primera mujer hispana en ganar la gobernación de un estado al imponerse en Nuevo México, mientras que su compañero de partido Brian Sandoval es el primero de esta minoría en obtener el mando de Nevada.
En su noche victoriosa, los republicanos también ganaron al menos seis puestos en el Senado, y los favoritos del Tea Party Rand Paul en Kentucky, Mike Lee en Utah y el hispano Marco Rubio en Florida estaban entre los ganadores.
No todos los del tea party salieron airosos, Christine O'Donnell perdió por mucho en Delaware, y en Nevada, el líder de la mayoría demócrata Harry Reid se impuso ante Sharron Angle.
Además, los republicanos les quitaron 10 gobernaciones a los demócratas, incluyendo Ohio y Pensilvania, mientras que cedieron dos, California y Hawaii.
La mayor victoria sin duda fue la Cámara de Representantes, un éxito aún más destacable si se consideran las palizas que recibieron los republicanos en las dos elecciones anteriores. Su retorno estuvo impulsado por los electores independientes, que apoyaron a los republicanos por primera vez desde el 2004, con un 55% en comparación con un 39%. Las mujeres respaldaron a los demócratas con un 49% frente a un 48%, luego de favorecerlos con más de 12 puntos en otras elecciones recientes.
Por su parte, Nancy Pelosi, actual presidenta de la Cámara de Representantes, emitió un comunicado diciendo: "Todos tenemos que esforzarnos para encontrar un terreno común a fin de apoyar a la clase media, crear empleaos, reducir el déficit y lograr que el país avance".
Con el desempleo en 9,6% a nivel nacional, entrevistas con votantes mostraron a un electorado en extremo molesto, con dificultades económicas y poco entusiasmo respecto al presidente, los partidos políticos y el gobierno federal.
Los republicanos estaban seguros de haber captado al menos seis puestos más en el Senado, incluyendo el escaño de Illinois al que Obama renunció para competir por la presidencia.
La toma republicana de la cámara baja podría llevar a una nueva era de división en el gobierno, luego de dos años en los que Obama y los demócratas impulsaron proyectos para estimular la economía, una reforma de salud y legislación para restringir las operaciones de Wall Street, luego de que la economía casi colapsar en el 2008.