lunes, 21 de abril de 2014

OPINION: Lagrimas por cuatro grandes; cuando la tarde dejo de llorar

POR BIENVENIDO MATOS 
Para ECOS DEL SUR

Lo le� en la biblia, que el Seol, sepulcro o la muerte, es lo mismo no descansa nunca. Cesar Vallejo poeta extraordinario de nuestra Am�rica escribi� una vez un poema luminoso como el rel�mpago al invadir los cielos insondables, �Masa� lo titulo.

Con �l quiso cuestionar la falta de solidaridad de los humanos, dijo: - Si el d�a en que muri� el primer hombre todos los humanos hubi�ramos amenazado la muerte con morirnos con el esta hubiera devuelto esa criatura y nunca m�s otro hombre volver�a a morir en su guada�a, porque si todos los hombres nos morimos �A qui�n mas iba a matar la muerte?

Por esto todos sentimos y sufrimos cuatro golpes alevosos, certeros y dolorosos, capaces de romper nuestras entra�as. Lloramos de impotencia, cuatro pu�aladas traicioneras, cuatro seres de hondos sentimientos, de los m�s queridos y m�s sentidos en nuestras admiraciones �Qui�n ayudo la muerte en esta selecci�n?, �no pudo ser al azar?, cuatro seres humanos con quienes nos un�an lazos profundos de afinidad, cuatro iconos hombres y mujeres arraigados en lo m�s profundo de nuestros sentimientos, sembrados en las �nforas de nuestras m�s alta valoraciones �C�mo creer que se nos han mudado a la eternidad?

Gabriel Garc�a M�rquez (El gabo) con sus cien a�os de soledad, una radiograf�a de la realidad de Am�rica solo descrita por su pluma m�gica llena de visiones de una realidad que describe con crudeza nuestras desigualdades, nuestras miserias y nuestro entorno cultural, con su Coronel no tiene quien le escriba, con sus ojos de perro azul, con su oto�o del patriarca, con su amor en los tiempos del c�lera, �Nos acostumbraremos a su ausencia?

Su rostro jovial, su sonrisa franca, su amor por la humanidad toda o su inmensa ternura que nos deja como un pedazo de sus m�s profundos sentimientos, ser�n suficientes, ahora que se fue a pasear por los cielos y decidi� quedarse para siempre �Oh Dios cuando derrotaremos la muerte?

Pero la muerte es dura, implacable, tambi�n se nos lleva a Cheo Feliciano, �Acaso crey� la parca imp�a que con Cheo se llevaba tambi�n el son, el bolero, el arte que como b�lsamo paseo por nuestros pueblos para curar y restaurar las heridas y sin sabores del diario vivir?
�Amada m�a, grata sorpresa la que me has dado!
�Un cigarrillo, la lluvia y tu y me perdona!

�Se que has tenido en la vida la amarga aventura, se que has mentido mil veces fingi�ndome amor!...

Y entonces descubro que la muerte se ha llevado el polvo, lo que es de la tierra, pero que Cheo Feliciano el inmenso se queda con nosotros, en sus canciones, en su ejemplo de vida.

�Si pudiera expresarte como es de inmenso en el fondo de mi coraz�n mi amor por ti, este amor delirante que abraza mi alma es pasi�n que atormenta mi coraz�n!...

Pero no nos hab�amos superado de estos golpes alevosos cuando recibimos la noticia infausta, sorpresiva, dolorosa de Mayra Alejandra Rodr�guez la parca imp�a inexorable con cruel sigilo incrusto su veneno de muerte para incubar el germen de la ausencia en esta mujer extraordinaria, artista por naturaleza que con toda la belleza de su talento nos represento en la pantalla chica (Leonela) genial telenovela, una obra maestra del cine latinoamericano por ella siempre habr� una lagrima en nuestros ojos.

Pero no todo termino ah�, una secuela de dolor horizontal toco naciones, continentes, hiri� la humanidad toda, no sabe uno si fue un deseo de venganza, si la muerte quiso herirnos donde m�s nos duela o quiz�s se necesitaban escritores, cantantes, actores, artistas de valor universal, uno no entiende porque tambi�n nos arranco as� tan de repente a nuestra Sonia Silvestre ya no llorara la tarde y el arrullo melanc�lico de una voz que no solo fue Dominicana, fue tambi�n el eco sentimental de cuitas y quimeras, de nostalgias que son comunes a todos los latinoamericanos, Sonia fue m�s que una cantante, fue un eco lastimero de todos los que poblamos esta gran Am�rica que la hicimos nuestra y sus canciones fueron un referente a nuestras luchas, nuestras aspiraciones.

Pocas cantantes han representado ese sentir, ese estilo de nuestras naciones como lo represento ella, bastaba verla para que renacieran en uno tantas esperanzas, tantos compromisos y para que ella nos motivara a continuar.

Con Sonia Silvestre se va un estilo, una forma de cantar, cierto que aqu� han sobrado siempre las buenas cantantes, enumerarlas seria prolijo, pero pocas han marcado tan acentuadamente las emociones y los sentimientos del pueblo como lo hizo su voz que fue llanto y consuelo en el que estamos representados todos, sus temas cantados con tanta fuerza nunca pasaran de moda, y hoy que ha emprendido su tr�nsito a la eternidad ira custodiada por un coro de voces para quienes m�s que canto fuiste esperanza y oir�s los trinos repetir tus canciones y las luces intermitentes de los cocuyos ser�n inmortales tras de ti allanando tu camino a la morada eterna.

M�s t� no cantaras, tu voz unida a la de ellos ira repitiendo como un eco sonoro �Que ser� de ti, necesito saber hoy de tu vida, alguien que me cuente sobre tu vida, anocheci� y necesito saber de ti! �Ven que esta sed de amarte me hace bien, yo quiero amanecer contigo amor, ven que el tiempo corre y nos separa, la vida nos est� dejando atr�s, te necesito para ser feliz!
 
�Oh Dios cuando derrotaremos la muerte?