La disyuntiva del PRD: renovarse o morir - Barahoneros

domingo, 23 de septiembre de 2012

La disyuntiva del PRD: renovarse o morir


 POR DAVID RAMIREZ S.

En la d�cada de los ochenta, ya en el gobierno,  el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), ten�a en su seno dirigentes de sobrada capacidad pol�tica, liderazgo interno y carisma en el pueblo para ganar cualquier proceso electoral futuro. Esos dirigentes eran considerados �presidenciales�, capaces de mantener al partido blanco gobernando este pa�s por mucho tiempo.

Con un PRD unido en ese entonces, dirigentes de la estatura de un Jos� Francisco Pe�a G�mez o Jacobo Majluta, eran considerados por la base de ese partido como verdaderas cartas de triunfo frente a cualquier  candidatura que presentada la oposici�n pol�tica. Una situaci�n similar ocurri� hace m�s de  doce a�os; dirigentes  con gran carisma en la base perrede�sta  como Milagros Ort�z Bosch, Fello Suberv�, Hatuey De Camps y Emmanuel Esquea Guerrero, aspiraban a ganar la candidatura de ese partido y darle as� continuidad al triunfo que hab�an cosechado cuatro a�os  antes en las urnas con Hip�lito Mej�a.

Pero la aparici�n en su interior de grupos con sus propios proyectos y ambiciones pol�ticas (como el caso del  PPH que avasall� a sus contrarios  con el uso arbitrario del poder), la indisciplina y divisiones internas,  la ineficiencia y corrupci�n de sus gobiernos, la ausencia de mecanismos democr�ticos para resolver los conflictos internos entre otros, provocaron el �achicharramiento� pol�tico de esos dirigentes  para el resto de sus vidas.

El m�s penoso de todos los casos fue el de Jos� Francisco Pe�a G�mez, l�der indiscutible  de ese partido y quien propici�  dos  triunfos electorales presidenciales. Pe�a G�mez  falleci� sin ce�irse la banda presidencial, termin� su vida como un simple alcalde capitalino en contra de su voluntad, porque asumi� esa responsabilidad  para evitar un nuevo fraccionamiento interno del partido blanco.

Cansado ya de tanta indisciplina, Pe�a G�mez tuvo que reconocer  con pesar que  el grupismo era uno de los peores males que aquejaba al partido blanco y que ayudaba a propiciar su divisi�n y  derrota electoral. Por tal raz�n  acu�� la frase �solo el PRD derrota al PRD�.

Lamentablemente la dirigencia que hoy dirige al partido blanco, no ha podido aprender de los errores del pasado, mantienen una conducta pol�tica infantil, fratricida y autodestructiva. Es tanto la indisciplina interna  que ya no resulta extra�o ver  algunos de sus dirigentes conspirando por lo bajo para consumar  la derrota electoral de su partido en unas elecciones y  cuando esto sucede, se alegran y lo celebran p�blicamente.

El PRD, que siempre fue un partido de masas, con una base de militantes y cuadros dirigenciales forjados en las calles (no en c�rculos de estudios), luce  hoy sin objetivos claros ni estrategias que pueda ser apoyada socialmente. Pr�cticamente est� divido en dos grupos contrapuestos que se pelean p�blicamente de manera bochornosa  el liderazgo en esa agrupaci�n pol�tica.

Debido a la  anarqu�a imperante en su  interior, el PRD tiene una racha de cinco derrotas consecutivas en los �ltimos procesos electorales y con posibilidad de una sexta debido a que sus principales organismos se encuentran secuestrados por  una dirigencia que  anteponen sus ambiciones personales por sobre los intereses colectivos.

Hip�lito Mej�a y Miguel Vargas Maldonado,  como las �nicas cabezas responsables del  actual desorden, est�n sumergidos en una miop�a pol�tica;  parecen no comprender que su capital pol�tico se agot�, est�n quemados pol�ticamente y sin posibilidad alguna para alcanzar la presidencia de la naci�n. Alguien debe hacerle comprender muy bien que son pol�ticos  cuestionados y altamente rechazados por una gran parte de la de la poblaci�n y de la misma base de su partido.

El PRD debe abocarse a la realizaci�n inmediata de una amplia consulta nacional orientada  a revisar  los errores y deficiencias internas,  unificar a todos los grupos  y establecer la disciplina, tambi�n iniciar un plan estrat�gico que permita la renovaci�n absoluta de su liderazgo en todos los organismos. Estas medidas ayudar�n al partido blanco a conectarse nuevamente con el pueblo y poder  escuchar sus reclamos y pareceres.

Mientras persista el actual clima interno, el PRD continuar� quemando pol�ticamente a sus dirigentes m�s valiosos y peor a�n, seguir� desperdiciando cuanta oportunidad tenga de alcanzar el poder.