POR JOSE ANTONIO MATOS
Para Ecos del Sur.
El pasado jueves, d�a y momentos en que arreciaban los aguaceros provocados por el paso por la Isla Espa�ola de la Tormenta Isaac, escuchamos la voz del eminente ingeniero Ge�logo Osiris de Le�n, recordar que �l hab�a pronosticado que el lago Enriquillo iba a crecer y que seguir�a creciendo, producto de las cargas y recargas de los acu�feros de su entorno, tales como las Bar�as , las Mar�as, las damas, y dem�s afluentes del entorno, y que las aguas provenientes del Yaque del Sur no son significativas y que prueba de eso es que el lago Azuey, con 20 metros sobre el nivel del Mar, est� creciendo igual o m�s que el Enriquillo, no lleg�ndole por razones de nivel, las aguas del Yaque.
Don Osiris, como en otras ocasiones, afirm� que las aguas del Yaque del Sur son insignificantes para el Enriquillo, y en ocasiones ha llegado a la incre�ble afirmaci�n de que se las traga y ni se entera, afirmando ahora tambi�n, que el Lago Enriquillo no se ha parado de crecer, lo cual no es real, lo afirmamos, con todo el respeto que nos merece ese ilustre t�cnico.
Para muestra basta un bot�n, y en este caso damos dos, para ilustraci�n de la ciudadan�a y el nuevo gobierno, al cual le pedimos por este medio, deso�r ese tipo de informaci�n, que lo �nico que le puede provocar, como al anterior, es inacci�n ante es problema, el a�o pasado, el 2011, observ� el Enriquillo una decrecida de cerca de 40 cent�metros, como sumatoria del comportamiento del nivel en los primeros 7 meses, para finaliza con una crecida total del nivel vertical, a ra�z del paso por el pa�s de la tormenta Emily y dem�s tormentas, crecimiento �ste, que se reflej� cuando el gobierno anunci� el desfogue de las presas de la zona, con un primer caudal ascendente a 100 metros c�bicos por segundo, el 30 de julio (2011), sumando una crecida total de 155 cent�metros verticales para el resto de ese a�o.
En este a�o, el lago Enriquillo ha tenido un comportamiento similar al del pasado, pero con una decrecida menor, ascendente a 19 cent�metros, a contar hasta el 23 de agosto 2012. Esta crecida menor al otro a�o se debi� a que las aguas del Yaque tienen algunos meses con el caudal aumentado, espec�ficamente desde el mes de abril, y ahora con los efectos visibles ya de Isaac, corremos suerte parecida al pasado a�o 2011.
Est� demostrado, que el sobre nivel que ha sufrido el Lago Enriquillo, es debido a que el 75% de las aguas que iban a la Bah�a de Neiba, est�n fluyendo a la hoya del lago Enriquillo y eso se puede y se debe y se puede revertir, para que el lago Enriquillo pueda volver a niveles de normalidad, esconder o ignorar la verdal es perjudicial para el pueblo dominicano y espec�ficamente para los Enriquillenses.
La del Azuey es otra historia, que la hemos descrito, y su detonante es el Arroyo Blanco � R�o Soleil, el cual despu�s de la famosa Riada hace m�s de ocho a�os cambi� su comportamiento, adem�s de una gran sedimentaci�n y su destino es la ocupaci�n de la Aduana y dem�s oficinas y de seguir creciendo, ser� hacia el Oeste.
El lago Enriquillo, para los que llevan anotaciones, ha crecido alrededor de 15 metros vertical, mientras que el Azuey en los mismos tiempos ha crecido cerca de 5 metros , lo que niega la afirmaci�n de de Le�n de que el azuey ha crecido igual � mas que el Enriquillo.
Investiguemos m�s directamente, para que podamos diagnosticar correctamente, que en esto, como en la medicina, es la �nica manera de correr hacia la sanaci�n. Los aguaceros que vierte el Yaque del Sur, los dem�s r�os de San Juan, junto a las presas, son extraordinaria, y quien quiera que haga hoy una inspecci�n, para que lo entienda, el 23 de septiembre del 1998, se dice que sal�an hacia el Enriquillo m�s de 10,300 metros c�bicos por segundo, cuantificado por algunos eruditos, en m�s de 2000 millones de metros c�bicos en esa temporada solamente, y pueden ver lo que pas�, por ejemplo, desde las tormentas Gustav, Olga, Noel y dem�s temporadas de aguaceros y altas escorrent�as, todas hacia la parte m�s baja de la Isla, donde se encuentra el lago Enriquillo, lo cual no podemos soslayar, verdad de Le�n?.