POR DAVID VOLQUEZ ROMAN para Ecos del Sur
Hist�ricamente las constituciones, leyes, decretos, normas y resoluciones que amparan el derecho de propiedad inmobiliaria han respondido a los intereses de los que tienen el poder para Perpetuar su derecho mal o bien habido.
El tratado de Tordesillas firmado en 1494 entre Portugal y Espa�a legitimado mediante bulla caetera firmada por el papa Alejandro VI representante de Dios en la tierra le otorg� a los portugueses (lusos) el derecho de propiedad de la parte este del planeta y a Espa�a la parte oeste de las tierras que descubriera o conquistadas.
Lo que hoy es Am�rica, era propiedad social, en nuestra isla era detentada por las tribus nativas (arauacos) y otras etnias ind�genas, personificadas en su l�der o cacique.
A la llegada de los espa�oles se crearon las encomiendas repartiendo tierras e indios a los espa�oles pr�ximos a los gobernadores o vice reinatos, as� como los que se revelaron bajo la direcci�n de francisco Xavier Jim�nez estableci�ndose la esclavitud patriarcal.
El ordenamiento jur�dico inmobiliario se inicia con la ley de amparo real de 1578 ley de composici�n de tierra de 1631, las leyes de indias, las capitulaciones, las merced y la propiedad real que le otorgaban al rey propiedad como se�or feudal rigiendo por 300 a�os de colonia como derecho de propiedad de la tierra, es as� como se le otorgaba a las ordenes religiosas y a la iglesia cat�lica los derechos de propiedad de la tierra.
Hasta que la dominaci�n haitiana de 1822 a 1844 despoj� a la iglesia cat�lica y a los grandes propietarios blancos de la tierra y liber� de la esclavitud a 9 mil esclavos.
Despu�s de 1844. En la �poca republicana los hateros y los madereros se apropiaron de grandes extensiones de terrenos los cuales mensuraban.
Los presidentes reelacionistas repart�an las tierras entre los hateros, ganaderos y colaboradores hasta que los grandes capitales norte americanos, cuyo mayor exponente es el secretario del tesoro de estados unidos quien a trav�s de la sugar company se apropia violentamente de las tierras de los nativos.
En 1922 cuando la invasi�n norteamericana se implementa el sistema Torrens para el registro de la propiedad inmobiliaria muy avanzado que asegura los derechos de propiedad a las grandes transnacionales, dej�ndoles caer el borroneo a los presidentes dominicanos y allegados.