Por Jose Antonio Matos Peña.- En momentos en que un presidente de la república dominicana, en este caso el licenciado Danilo Medina Sánchez, se decide a cumplir el mandato constitucional de invertir en educación lo que la ley ordena, precedido en esfuerzos más cercanos por el ex presidente ingeniero Hipólito Mejía Domínguez, el cual hizo importantes transformaciones en esa secretaría, piloteada por la doctora doña milagros Ortiz Bosch, a la sazón, vicepresidenta de la república, nos permitimos emitir las siguientes opiniones:
1.- Que la condición real del personal educacional sea mejorada notablemente, instruidos, actualizados y equipados con artefactos que los guíen por el modernismo y actualidad, para así convertirse en entre de transferencia hacia los alumnos de los conocimientos específicos y generales, los profesores, son los que más conviven el tiempo más efectivo de aprendizaje de nuestros hijos.
2.- Invertir en obras de infraestructura que faciliten y ambientalicen el lugar de enseñanzas, junto a los programas de aprovisionamiento de alimentación a los docentes, además de generar una comercialización de productos locales para esos menesteres, lo cual generaría una correlación entre el sector productivo con la escuela.
3.- Implementación de las asignaturas, aunque sea una vez por nivel educativo, La Moral y Cívica y educación Medioambiental. Esta innovación podría hacerse francamente bajo el lema “Educando Los padres al Través de sus Hijos”, título éste, que puede convertirse en todo un programa de educación, en el que los escolares, además de aprender, de llevar material educativo en la materia medioambiental, va a coadyuvar una integración familiar reflejable en toda la sociedad.
Son los puntos más inmediatos que vemos a seguir con el futuro de la educación, fuente vital de vida y progreso, que es el concepto más excelso de la humanidad, es la manera más expedita de enfrentar el carácter evolutivo que nos es inherente, el Homo Sapiens, antecesor inmediato en la cadena evolutiva del hombre, se impuso a sus dos sub-especies: la homo sapiens neanderthalensis y el homo sapiens sapiens, por su lenguaje más avanzado y nosotros hoy competimos con nuestra sub-especie que es la ignorante ó no formada y su muerte es la educación. Aquellos disponían de miles de años para su evolución, nosotros contamos hoy, con parte de su experiencia, con buenas ideas y con los recursos económicos, que marcan la gran diferencia.