El fin del mundo: Un gran negocio capitalista - Barahoneros

domingo, 23 de diciembre de 2012

El fin del mundo: Un gran negocio capitalista

Por David Ramírez.  

Según la física clásica, la muerte es un evento  ineludible, porque hasta el Universo (que está compuesto de infinitos elementos), dejará algún día de expandirse y tal vez termine desapareciendo. Pero miles de millones  antes, el Sol se habrá “tragado” a la Tierra para luego terminar su largo ciclo y apagarse para siempre.

Las mismas leyes que regulan el nacimiento y muerte de estrellas, planetas o galaxias, también son aplicadas a los seres vivos. En la tierra, la desaparición física es una  necesidad biológica, no un castigo divino, porque no somos ni  inmutables ni eternos.

Desde el año pasado la prensa y las cadenas noticiosas internacionales esparcieron por todo el planeta una noticia fatalista: Que un “investigador” y  epigrafista había descubierto en los años setenta unas supuestas inscripciones proféticas en el calendario Maya que vaticinaba el “fin del mundo”  el 21 de diciembre de 2012. Lo único cierto es que pasó esa fecha y como todas las falsas predicciones del pasado, nada sucedió y la vida continúa su agitado curso.

La supuesta predicción del  “fin del mundo” que anunciaron la prensa mediática y los canales de televisión sensacionalistas internacionales, como History Channel , generó en millones de personas de todo el planeta estrés crónico y psicológicos, pero también mucha ganancias económicas para  grandes consorcios y empresarios capitalistas.

Esas empresas y personas sin escrúpulos, hoy  llamados “emprendedores”,  vieron en esta falsa profecía  una oportunidad de oro,única para ganar dinero fácil a costa del miedo y la ignorancia de muchas personas ricas y pobres. Parece ser que inventarse  profecías apocalípticas o vaticinar el fin del mundo cada cierto tiempo se ha convertido en toda una industria millonaria alrededor del planeta, un negocio como cualquier otro.

Digo esto porque lo que sucedió con la supuesta profecía Maya tiene un parecido con las  predicciones pesimistas de Nostradamus sobre el fin del mundo esparcidas en el año 2000, algo que finalmente no se produjo pero que también generó grandes  ganancias económicas  para cientos de empresas capitalistas de Wall Street.

Gracias a las falsas predicciones Maya muchos consorcios hoteleros y turísticos internacionales  se lucraron vendiendo paquetes a turistas para visitar templos o santuarios y esperar el fin del mundo, otras  ganaron millones de dinero vendiendo refugios o “arcas de Noé” contra inundaciones y grandes tormentas cómicas que supuestamente vendrían del  espacio, también alimentos enlatados, armas de todos los calibres y cosas inimaginables, dizque para sobrevivir al cataclismo que le esperaba al planeta.

Las predicciones del fin del mundo de los Mayas nunca existieron. No hace falta ninguna prueba, ninguna investigación científica,  porque quedó en evidencia  que estas predicciones fue un engaño a toda regla, creada artificialmente por los consorcios mediáticos del capitalismo para controlar y entretener a las masas en un momento en  que sus economías se encuentran sumergidas  en graves crisis económicas, políticas y sociales.

Muchos olvidan que la base del sistema capitalista es el beneficio. Para cualquier empresario “emprendedor”  su meta es hacer negocios para ganar más y más dinero, y  como los dueños de los medios informativos mundiales son también accionistas de grandes cárteles, trust y  consorcios mafiosos que se lucran con el miedo y la ignorancia de la clase trabajadora, pero también de otros ricos temerosos de perder su lujosa vida terrenal, inventarse falsas predicciones del fin del mundo es tan bien una buena forma de hacer negocios para ganar mucho dinero.

Que la humanidad, tal como la conocemos, algún día tendrá su fin es algo, que nadie puede negar, pero no será  un evento apocalíptico gracias a la ira de ningún Dios o dioses paganos (como profetizan las grandes religiones monoteístas o politeístas) y tal vez mucho menos por seres invasores extraterrestres.

Pero sin lugar a dudas  que el supuesto fin del mundo fue también un buen espectáculo y un circo de risas.

¿Pero cuál será la próxima falsa predicción?