POR ALEJANDRO SANTANA.
Parece que somos muy buenos para vivir a�orando el pasado y coloc�ndonos de espalda al presente sin tener en cuenta que los pueblos que viven aferrados al pasado, se quedan estancados y no pueden salir del sub-desarrollo, pero tampoco est�n en capacidad de luchar, de sintonizarse con la realidad de presente.
Es el caso del traslado de los restos de grandes glorias que murieron en playas extranjeras y decidieron que los enterraran en esos lares donde hicieron sus vidas, forjaron familias y fortunas. M�s a�n, est�n en la muerte acompa�ados hasta de sus compa�eros sentimentales compartiendo panteones comunes, donde son visitados por amigos, parientes, allegados y hasta familiares que quedan en esos lugares.
Con la muerte, somos desconocedores de principios b�blicos, aun militando en las religiones que se rigen por ese libro, lo cual indica que luego de la muerte pasamos a un olvido total, no tenemos recuerdos, porque pasamos a un sue�o eterno. Se ha establecido que del polvo venimos y al polvo volveremos.
Pero pasa que s�lo nos planteamos grandes acciones cuando se trata de figuras que est�n en la palestra publica, que son sonoras, pero no miramos a otras grandes glorias que han aportado a la patria, pero que por su posici�n econ�mica no son sonoros y se encuentran en tumbas muy cerca de nosotros. Son personajes ignorados, llenos de malezas, sin una cruz, ni un letrero mal pintado que hable de sus acciones.
Podr�a se�alar el caso de Rafael Alc�ntara (Raffo el So�ador), Paleta Medrano, Panchito Boch�, doctor Alcides Veloz, Eusebio Reyes (joven pelotero fusilado por el sargento R�faga en la playa de El Estero), de lo profesores Luis Arias Michel, M�rtido Feliz Cuevas y de otras tantas glorias que tambi�n aportaron a la grandeza de este pueblo y merecen ser reconocidos.
Pero todo no se detiene ah�, tenemos vivos a grandes luchadores Constitucionalistas, muri�ndose de hambre y nadie le tiende la mano, tenemos a grandes glorias de la ense�anza padeciendo penurias con una pensi�n de miseria, pero nadie mira para donde ellos agonizan, s�lo porque sus glorias se quedaron en las aulas formando valores, no estuvieron en grandes escenarios, ni tienen apellidos pomposos.
Frente a todo eso, que llamo mezquindades o pasi�n desbordada, me quiero preguntar, s� las tumbas de Mar�a Montes o Casandra Damir�n, estuvieran en alguno de nuestros cementerios, ir�a alguien a limpiar su entorno, a colocarle una flor o retocar con pintura su nombre, fecha de muerte o destacar sus glorias.
