POR FELIX BETANCES.
La d�bil y calamitosa democracia dominicana, ha sufrido con el tiempo, varias estocadas mortales por parte de los pol�ticos, que de una u otra forma, est�n llamados a sustentarla.
En el quehacer pol�tico de nuestro Pa�s, hemos visto con mucho pesar, la desaparici�n del que otrora fuera uno de los tres partidos mayoritarios: el Partido Reformista Social Cristiano.
Esto ocurri� como se sabe, por la falta de inteligencia pol�tica de sus herederos, los cuales hoy d�a deambulan sin rumbo fijo, detr�s de otros que aunque tampoco han sido los mejores, por lo menos han sabido mantenerse.
La �Democracia dominicana�, para identificarla de alguna forma, resulta seriamente afectada, cuando sus estamentos principales como son los partidos pol�ticos, se ven heridos de muerte o cuando sencillamente desaparecen.
La desaparici�n de un partido pol�tico puede ocurrir por varias razones, entre las cuales solo citaremos algunas: el af�n de lucro personal, la imposici�n de un liderazgo inconsecuente, ansias desmedidas por el ejercicio del poder entre otras desgracias humanas.
Siguiendo el curso de los acontecimientos pol�ticos del Pa�s, alcanzamos a ver que en la actualidad, el Partido Revolucionario Dominicano P.R.D., ha llegado a un punto de alto peligro, aunque hay dentro y fuera del mismo, quienes no se est�n dando cuenta de tal cosa o sencillamente aun sabiendo lo que ocurre, no se dan por aludidos.
La falta de �tica pol�tica en los l�deres de ese partido, conociendo las debilidades de que adolece; no solo ese sino todos los partidos del sistema, no les ha permitido manejar las cosas conforme a las exigencias y con miras hacia las posibilidades de ser gobierno en un pr�ximo per�odo.
El P.R.D. no ha sabido conducirse a la altura de las circunstancias, con el aislamiento del Ing. Miguel Vargas Maldonado, a ra�z de la escogencia del Ing. Hip�lito Mej�a como su candidato presidencial.
A estas alturas del juego, ya debi� soltarlo en banda, como se dice en el argot popular y debi� ser altamente cuidadoso con el manejo de una pol�tica de no acusaciones, sino de auto defensa y de propuestas sustanciosas, frente a otro partido que al igual que ellos, tiene sus luces y tambi�n sus sombras.
El peor y m�s peligroso ingrediente, se agrega ahora con el enfrentamiento interno ante la acusaci�n directa a uno de sus hombres fuertes, el doctor Guido G�mez Mazara, por parte de gente de adentro y que aunque se quiera minimizar, tiene mucho peso.
Este torbellino, podr�a ser el preludio de una �triste desaparici�n�, as� de sencillo.
Si el Partido de la Liberaci�n Dominicana perdiere las pr�ximas elecciones, no correr�a ning�n riesgo en ese sentido, primero, porque es el Partido de Gobierno, y segundo, por la posici�n que ostenta dada esa condici�n en varios aspectos.
Sin embargo, podr�a no ocurrirle lo mismo al P.R.D., dada la delicada condici�n por la que atraviesa y que a todas luces, parece insalvable en los pocos d�as que restan a la campa�a electoral.
Creo en consecuencia, que la Junta Central Electoral, no debe dejar de lado esa situaci�n.
Ojal� y que sus altos dirigentes se detengan a pensar, a analizar con profundidad la triste situaci�n, y que se avoquen a corregirla ya que para corregir, siempre hay tiempo, a no ser que alguien est� jugando a su desaparici�n o muerte.
Que no ocurra lo peor, ya que repito, esto har�a al Pa�s y al equilibrio democr�tico, un da�o de impredecibles consecuencias. El tiempo cuenta, se�ores del P.R.D.