POR JOSE LOPEZ
Art�culo enviado a ECOS DEL SUR
El gobierno municipal, alcadia o como se nos ocurra llamarle, pues hay una indefinici�n denominativa en muestro pa�s, tanto as� que no llamamos a su empleoman�a como servidores publico, sino simplemente empleados del ayuntamiento.
Para muchos estudiosos del derecho, el municipal es el primer poder del Estado, y han llegado a plantear tesis en ese orden con argumentos muy valederos que avalan el planteamiento.
El ayuntamiento constituye la relaci�n m�s intima entre el gobierno y el ciudadano por su cercan�a, existe una relaci�n primaria entre ese estamento y sus moradores. Mientras m�s peque�o es el municipio o distrito municipal mucho m�s estrecha se constituye esa relaci�n.
Sin embargo ese v�nculo es idealista, ya que en la pr�ctica los ediles en la mayor�a de las veces se apartan y construyen con su forma de regentear un desligamiento que rompe ese lazo que se podr�a decir que es casi natural.
En lo referente al municipio de Santa Cruz no escapa a ello, y yo dir�a aun m�s, que es una expresi�n viviente de lo que acabo de platear. El actual inc�mbete cumplir� 16 a�os presidiendo la alcald�a y la relaci�n existente entre la poblaci�n y el ayuntamiento es �nfima y tergiversada, debido a que las oficinas del mismo estas constituida en la casa del mencionado gerente publico.
Lo �ltimo se debe a la concepci�n ideol�gica del Alcalde, pues es un consumado populista, y debido a esa forma de pensar y actuar trabaja en lo superficial evadiendo el fondo de los problemas centrales.
El ayuntamiento de Barahona est� secuestrado por un peque�o grupo alrededor de una visi�n estrecha que no permite una participaci�n social, all� se toman decisiones relevante donde el ciudadano no tiene la m�nima idea.
No se rinde cuenta, no se involucra los sectores. En definitiva se administra como una finca particular olvidando que el poder emana del pueblo.
Es tiempo de tomar conciencia sobre esta realidad y darle el sentido real al primer gobierno de los barahoneros, recatemos esa relaci�n, d�monos un ayuntamiento diferente, donde los ciudadanos seamos socios igualitarios de la cosa p�blica, con derecho a tener beneficios iguales.
