POR SANTOS SALVADOR CUEVAS
Articulo enviado a ECOS DEL SUR.
S� me lo hubiesen contado sin leerlo, no lo hubiese cre�do; pero lo he le�do sin cont�rmelo y s�lo entonces me doy cuenta hasta donde es capaz de llegar una persona que se divorcia de valores y principios en aras de lograr un objetivo, sin importar la pobreza que implique o la mediocridad que arrastre en su Art�culo, El PLD, Jig�era o Cachimbo, mediocridad de la que un d�a nos habl� el Argentino Jos� Ingeniero en su obra titulada El hombre mediocre.
Podr�a ser apasionado y locuaz en la defensa de un ideal, pero nunca, o�dlo bien, nunca, nunca usar� la mentira, desconsideraci�n y el libelo para alcanzar una meta, y precisamente es la mentira barata y la desconsideraci�n apuesta la que abunda en ese libelo que nos presenta un se�or al que toda la vida guard� consideraci�n, admiraci�n y una gratitud a la que no he renunciado nunca, desde aqu�l d�a, 21 de Enero de 1985, en que un accidente de tr�nsito por poquito me arranca la vida en el trayecto Uvilla - Tamayo ,donde muri� aqu�l joven de El Jobo, municipio de Tamayo, denominado Guaracha, llev�ndome con una pierna rota hasta el Hospital Dar�o Contreras en la capital; de esa ocasi�n recuerdo que por no contar con familiares en Santo Domingo, fui alojado en el Cedee (un centro de educaci�n popular) y que en ese lugar pude contar con la mano amiga del Prof. Juan Tom�s Olivero, quien sin nunca renunciar me transportaba desde ese lugar hasta el Hospital.
Desde entonces le debo gratitud a este se�or. M�s, sin embargo, no por ello debo dejar pasar por alto el barde de lodo y mentiras vertido sobre mi nombre por el Sr. Olivero en aras de �salvar� o de identificarse con la causa de un familiar, o, mejor dicho, primo hermano de su esposa que en la noche del 27 de Febrero pasado, en medio de un conflicto de marca menor, tom� la botella de cerveza que portaba en su mano derecha, la esflec� contra el pavimento, se qued� con el cocote de botella en su mano, tom� por el cabello a la joven estudiante Dayreny Cuevas (mi sobrina) y, sin pensarlo dos veces le raj� la cara y el cuello, dej�ndola por muerta en el parque de Tamayo.
De eso se trata. Es decir, toda la alharaca y el odio vertido por Tom�s Olivero contra mi, tiene su punto de gravitaci�n en defender a su familiar, Kiko, quien es un delincuente confeso, no s�lo por rajarle la cara inmisericordemente a una mujer, sino porque en dos ocasiones estuvo guardando prisi�n y fue condenado por consumo y venta de drogas narc�ticas. A ese angelito familiar de su esposa es por quien el profesor Tom�s Olivero decide desconsiderarme, usar la mentira como arma y extrapola hacia Tamayo el cuento Todo un hombre del profesor Juan Bosch.
Estamos ante un vulgar mentiroso y farsante, quien sin respetarse as� mismo en una cuanta cuartilla que escribe deja identificar m�s de 10 mentiras, las que se�alo a continuaci�n:
Usted es un mentiroso cuando dice que en asambleas del PLD en Tamayo se dan pescozones y galletones, le reto a que me cite un solo caso en que en una reuni�n del PLD yo agred� a un compa�ero.
Miente cuando compara a Tamayo con la realidad de Vicente Rosa, pues preg�ntese porqu� si fuere real ese panorama perverso que usted describe, entonces por qu� nosotros ganamos casi todos los procesos internos del PLD.
Diga cuales son los privilegio de que yo gozo si todo mi vida he llevado un estilo de vida sencillo y humilde; pero usted que es un hombre con �nfula de intelectual, por qu� antes de mentir y hablar pamplinas no investig� mi cuenta bancaria y ah� se va a encontrar con mis privilegios en un monto de dinero que no sobrepasan los $45.00. De qu� privilegio hablas, la gente quiere saber.
Usted es un mentiroso cuando dice que �perdiendo en su pueblo� fue premiado con un asiento en el palacio de la Delgado; te reto a que demuestre esa vulgar mentira. Nunca he trabajado en el palacio, y, te digo m�s, con todos esos poderes que t� me indilgas yo soy un simple empleado por Contrata en Edesur, devengando un salario de RD$18,000.00. Debiste investigar primero.