Articulo publicado el 21 de mayo de 2013
Por David Ramírez
Aunque no me gusta responder a los artículos que otro escribe, yo, como persona con conocimientos elementales de la teoría del socialismo científico, esta vez no puedo guardar silencio a lo que considero una manipulación de la verdadera lucha revolucionaria.
El último artículo de Santo Alcántara, "MPD fusiló al chivato Puya", publicado en Ecos del Sur, lo considero un panfletón novelesco y una manipulación de lo que debe ser un verdadero proyecto revolucionario, de masa.
Esto lo digo porque jamás un revolucionario debe sustituir la lucha política por el terror, un verdadero revolucionario no debe alabar y glorificar el terrorismo como arma en sustitución de las masas.
Mucho menos puede sostenerse como revolucionario un supuesto heroísmo individual de los llamados CRC, un organismo paramilitar del MPD compuesto en su mayoría por lumpen que sembró el terror entre los miembros de la policía, las FFAA y asesinó a muchos miembros de la izquierda de aquella época porque lo consideraba revisionista por el sólo hecho de no estar de acuerdo con su método foquita de lucha o su pensamiento maoísta.
Todos sabemos que uno de los graves errores del MPD y otras organizaciones de izquierda, con similares métodos de lucha en aquella época, fue abrirle las puertas a rufianes y escorias humanas. Años más tarde muchos de esos antiguos dirigentes del MPD se destacaron como sicarios y narcotraficantes en Estado Unidos, también como desclasados que se venden al mejor postor.
El tiempo nos enseñó una gran realidad,muchos de los que militaron en la izquierda en aquella dificil epoca eran agentes balaguerístas o verdaderos energúmenos oportunistas. Recuerdo como fue la alianza perversa e infame de Moisés Blanco Genao, Antonio Jacobo Constant. (Machi) y otros destacados antiguos dirigentes de los CRC-MPD-PACORERO y demás grupos terroristas de aquella época, al servicio del matón de la Banda Colorá, el siniestro Ramón Pérez Martínez (Macorís), para destruir por unas cuantas monedas el Sitracode.
Como grupo urbano paramilitar, los CRC del MPD, era una estructura sin una ideología revolucionaria clara, la mayoría de sus miembros eran sólo antibalaguerístas, destacándose en el movimiento revolucionario como “matones" "revólveres acaba calieses” y secuestradores, acelerando la descomposición del movimiento revolucionario tal y como lo quería la dictadura balaguerísta.
Por esos los verdaderos revolucionarios tenemos que tener mucho cuidado para no dejarnos confundir con relatos donde se alaben y se coloquen como protagonistas ideologías y acciones lumperil o terroristas, muy alejado de los verdaderos métodos y principios revolucionarios, conforme al marxismo-leninismo.
El artículo no se trata de un debate político, teórico ni ideológico, de lo que fue el aventurerismo terrorista del MPD en la fila revolucionaria, sino un relato de una de las múltiples aventuras criminales de esa organización realizado en Barahona.
Santo Alcántara, ahora ya como un gamberro envejecido, escribe que los métodos criminales del MPD eran verdadera hazañas revolucionarias e históricas, que matar a calieses y colocar a los cuarteles militares y policiales como el principal foco armado de lucha contra la dictadura era y sigue siendo un método revolucionario y patriótico.
Ya todos conocemos la historia. Esos actos criminales y contrarrevolucionarios terminaron desprestigiando al MPD que nunca entendió en su momento que la lucha que tenía que implementar era política, sin apartarse nunca de las masas, para lograr la libertad y la democracia, pero jamás adoptar el terrorismo y el aventurerismo como forma de lucha.
El MPD fue víctima de su propia podredumbre. Por eso terminó sepultado políticamente.
