- Alex Rodriguez nos confundió a todos, incluido él mismo, en la octava entrada. Con los aficionados listos para abuchearlo después de haber fallado todo el día, A-Rod llegó el plato con un corredor en base y su equipo abajo por una carrera.
Uno de esos swings suyos, aquel de otros tiempos, habría podido detener la burla. Impacientes, los fanáticos observaban a uno de los más grandes y más ricos jugadores de todos los tiempos, uno cuyo poder y talento parecen estar desgastándose frente a sus ojos.
A-Rod descargó, con toda su fuerza, un swing ante el primer pitcheo que vio de Logan Ondrusek, el derecho de los Rojos de Cincinnati. El resultado fue un batazo alto y profundo. Parecía que también iba lejos.
Rodríguez pensó que acababa de darle la ventaja a los Yankees con uno de esos momentos que llenan los noticieros de televisión. Como gusta hacer cuando cree que botó una pelota, Rodríguez soltó el bate hacia arriba a unos pocos pasos del home y volteó a ver, como diciendo "véanme", a sus compañeros en el dogout. Era el comienzo de la celebración.
Esa es su clásica forma de preparar su recorrido triunfal por las bases. Un toque de emoción, algo prematura y creída, para ponerle el punto de exclamación a la grandeza de sus condiciones y del batazo que acababa de pegar.
Sólo que había un problema. La pelota estaba alta. Muy lejos. Pero no se había ido.
El palazo murió víctima del viento y cayó en el guante del jardinero izquierdo Chris Heisey allá en la zona de seguridad. Allí también se sentenció otra derrota de los Yankees, la quinta en sus últimos seis juegos.
Así es como van las cosas para los Yankees (21-20) en esta marcha hacia lo más bajo de la División Este de la Liga Americana. Después de la derrota por 5-2 ante los Rojos el domingo, Nueva York está sólo un juego por encima de los Medias Rojas. Cincinnati se llevó dos de tres juegos en el Bronx.
A-Rod no fue la única razón de la derrota de este domingo. Pero la principal cara de un club que, por los momentos, no produce en la pequeña. Los Yankees tienen sólo seis hits en sus últimos 59 turnos con corredores en posición anotadora.
En el sexto, Raúl Ibáñez -- el único Yankee que está haciendo algo en el plato -- desniveló el duelo entre CC Sabathia y Johnny Cueto con un jonrón de dos carreras que le dio una ventaja de 2-0 a los suyos.
Pero Sabathia entregó la ventaja enseguida, al recibir dos jonrones solitarios y permitir que Cincinnati se fuese arriba tras conceder un hit y dar tres boletos seguidos.
¿Pero cómo se puede culpar a Sabathia cuando su ofensiva no le da ningún margen de error?
Al margen de la joya que tiró Andy Pettitte la noche del viernes, los Yankees tienen una semana sin ganar por culpa de sus bateadores.
Podría ser hora de que su manager, Joe Girardi, traté de hacer algo al respecto.
Girardi prefiere mantener la calma. Posiblemente es la respuesta correcta. Sin embargo, quizás debería ir en contra de lo normal y hacer algo poco convencional para ver si activa a sus millonarios bates del medio de la alineación. En tenis, cuando a un jugador lo están venciendo en la línea de fondo, puede que decida subir a la red, aún cuando esa no sea su fortaleza.
Ibáñez, quien ya está bateando quinto, podría ser promovido a batear en el lugar de A-Rod. Cuando se le preguntó sobre esta posibilidad en la conferencia de prensa después del juego, Girardi respondió con una pregunta.
"¿Qué tanto quieren que lo suba?"
"Es algo que vamos a conversar", añadió Girardi.
Quién sabe si esa realmente es la respuesta. Pero los nueve jonrones y 27 empujadas de Ibáñez casi duplican la producción de A-Rod (cinco jonrones, 15 remolcadas) en 38 turnos menos. Mark Teixeira -- quien salió como emergente en el noveno, su primera aparición del fin de semana después de tener problemas con una infección en los bronquios -- tiene cinco bambinazos y 20 fletadas.
Si los Yankees quieren tener éxito, Teixeira y A-Rod deben comportarse como estrellas. Pero en estos momentos, el enfoque tiene que ser cómo anotar ante Kansas City la noche del lunes, así que quizás su mejor lineup sería Derek Jeter, Curtis Granderson, Ibáñez, Robinson Canó, Rodríguez, Teixeira y después Nick Swisher.
Es poco convencional tener tres zurdos consecutivos, pero no tiene que ser permanente. Podría ser una solución hasta que A-Rod y Teixeira bateen como los Yankees esperan que bateen. Por ahora, ponerlos de quinto y sexto ya es generoso, así que ni hablemos de tener a Rodríguez de cuarto bate.
Si viésemos batear esta temporada Rodríguez, de 36 años, y no supiésemos de sus 634 jonrones y su contratos multimillonario, ¿en qué lugar del lineup batearía?
Sin sus "tic tacs" y con unos años encima, A-Rod parece Sansón sin su cabello. Se quedó sin poder.
El domingo, cada vez que Rodríguez fue a batear había corredores en base. Y en cada oportunidad no pudo producir. Con un hombre en primera en el primer inning, dio un rodado a tercera para terminar el inning ante el tercer pitcheo que vio. En el tercero, con dos en base, hizo swing al primer pitcheo y elevó hacia al jardín derecho para finalizar la entrada.
En el sexto, después del doble de Canó que abrió el capítulo, dio un elevado tan corto a la derecha que Canó ni siquiera pudo moverse a tercera.
La caída de nivel de Rodríguez empeora día a día. En este instante tiene menos empujadas que Albert Pujols. Durante las próximas seis temporadas, incluyendo esta, a A-Rod le deben 143 millones de dólares, eso sin incluir los 30 millones que podría conseguir en bonos por conectar jonrones históricos. A Pujols le pagarán 126 millones entre 2012 y 2017.
Todo el mundo tiene claro que, aún con su legendario octubre de 2009 incluido, este contrato es un desastre. La pregunta que todavía no tiene respuesta es qué tan malo será.
En la octava entrada del domingo, A-Rod casi le puso una pausa momentánea a la discusión.
"Cuando la bateó, pensé que se iba", dijo Girardi. "No sé si el viento la detuvo o qué pasó. Pero pensé que se iba y que nos pondríamos al frente 4-3".
El manager de los Rojos, Dusty Baker, fue aún más contundente.
"Creíamos que la bola se iría bien lejos", dijo Baker. "Y probablemente él también pensó lo mismo, pero los elementos (del clima) nos ayudaron en esa jugada en particular".
El coach de bateo, Kevin Long, añadió lo siguiente: "Le dio en la cara y esa es su reacción normal cuando da un jonrón".
A-Rod nunca apareció en el clubhouse después del juego. Habló el sábado, cuando dijo que sus "números van a estar ahí al final del día".
No, no están. A-Rod tiene un slugging de .399. Cuando era un jugador de élite su slugging estaba sobre .600.
Los números legendarios de Rodríguez ya se fueron. Ahora la cuestión es cuando da sus hits. Casi da uno el domingo. Pero le faltó poder.
Es un tema recurrente para los Yankees y, no coincidencialmente, también para él.
martes, 29 de mayo de 2012
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¿A donde se fue el poder de A-Rod?
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