Cuento de un farandulero que se creía dueño de una cadena de radios - Barahoneros

miércoles, 27 de junio de 2012

Cuento de un farandulero que se creía dueño de una cadena de radios

Por: Juan Francisco Matos

Érase una vez una Empresa de Emisoras que operaba en un pueblo de la región sur del país de la que era encargado un loco mayor, trabajaban otros con problemas mentales de menor grado , así como un personal compuesto por locutores de noticias, musicales, secretarias, entre otros empleados.

Pero resulta que el loco mayor se hizo tanta ilusión en la mente que ya se creía parte y hasta socio de la mencionada empresa, cosa que lo convirtió en prepotente y altanero, quien según el decir de ese entonces, cometía todo tipo de vejámenes y abusos contra los demás empleados, con excepción del grupo de locos menores que formaban parte de su séquito, siempre contando con la anuencia de los dueños de la entidad.

Pero el loco mayor que también era especie de un LAMBÓN MAYOR, estaba tan iluso que se le olvidó que los propietarios de la empresa cuando les venía en ganas, echaban de allí a patadas limpias por el culo a todo quel que entendían variaba su posición de marioneta.

Según se comentaba esa vez, entre los locos menores habían dos que eran buenas personas, que contra su voluntad seguían las directrices del mayor con el interés de preservar su trabajo

En esa ocasión, el empleado tenía que aguantar todos los abusos y provocaciones que según se comentaba, ejercían los locos contra ellos, y el que se atrevía a protestar o enfrentarse a uno de ellos, de inmediato el demente mayor rendía un informe a sus superiores acabando con el trabajador, quien era cancelado de inmediato, sin siquiera ser investigado y en alguna ocasión, sin recibir el dinero completo de sus prestaciones laborales.

El mayor de los locos tornaba, viraba, e insultaba no solo a los trabajadores, sino también a gente particulares de importancia, e incluso, ejercía esta acción antisocial en las tarimas de espectáculos públicos, los micrófonos de las emisoras y en centro de expendio de bebidas alcohólicas..

Mucha gente se hizo la idea de que las reprobables acciones del loco mayor de este cuento, que incluso, en esa época echaron por el suelo la audiencia de las emisoras de la empresa obedecían a esquizofrenia, problemas sicológicos, drogadicción o frustración, entre otras cosas.

Muchos amigos y algunos familiares del enajenado mental mayor le aconsejaban que visitará un siquiatra, psicólogo o algún otro loco mayor que él, para ver si le curaban el mal antisocial que lo afectaba, pero este nunca hizo caso, y siguió abusando de los empleados y lanzando, cuando le antojaba, todo tipo de improperios contra respetables munícipes, profesionales en diferentes áreas y simples gentes del pueblo. No se supo nunca que fue del loco de esa época y su séquito,

Cualquier parecido o semejanza de algunos personajes en particular con este cuento: ÉRASE UN VEZ UNA EMPRESA BAJO LA RESPONSABILIDAD DE LOCOS CON CARNÉS, es mera coincidencia.