Lo que nunca se ha hecho: rescatar el Sur (Editorial del peri�dico List�n Diario 29-06-2012) - Barahoneros

viernes, 29 de junio de 2012

Lo que nunca se ha hecho: rescatar el Sur (Editorial del peri�dico List�n Diario 29-06-2012)

De todas las regiones del pa�s, la que lo tiene todo, pero no tiene nada, es el Sur.

Una rica diversidad de la naturaleza: playas, monta�as, r�os, piedras preciosas, expresiones culturales y regiones agr�colas de la m�s alta fertilidad componen el cuadro de abundancias materiales. Pero su explotaci�n ha quedado rezagada y con ella, toda la suerte de esa regi�n.

Los pol�ticos y los gobiernos as� lo han reconocido. Han admitido que es una regi�n rica, pero pobre a la vez, lo cual es un inexplicable contrasentido que prevalece hoy d�a, mientras copiosos recursos en dinero, equipos, cr�ditos, concesiones y facilidades generosas del Estado han sido direccionados a otras regiones, lo que no deja de ser bueno.
Los pueblos del Suroeste han esperado demasiado tiempo por su redenci�n.

Por eso se han acostumbrado a luchar con sus propias fuerzas y entusiasmo, sin confiarse o esperar mucho de los gobiernos, que prometen obras, que dan picazos de algunas, que despiertan falsas esperanzas, pero que definitivamente no hacen nada en la medida en que lo exige la necesidad del desarrollo.

Ni siquiera una obra tan fundamental y necesaria como la presa de Monte Grande ha podido realizarse, ni las fuentes m�s valiosas del turismo han sido adecuadamente explotadas para beneficio, no s�lo de esas provincias del Suroeste, sino de todo el pa�s.

Un buen aeropuerto internacional, puertos, espacios para marinas deportivas, hermos�simas playas, parques nacionales exhuberantes, paisajes paradis�acos, gente trabajadora y educada, humilde y sacrificada abunda en el Sur.

Pero los gobiernos han sido indiferentes o poco decididos en hacer cambiar este panorama. Si algo queda claro es que la tarea de redimir al Suroeste ha quedado en promesas. Es la historia de lo que nunca se ha hecho.

Es la p�gina que tiene que cambiar, definitivamente, algun d�a, cuando el Sur tenga m�s dolientes.