Articulo publicado el 4 de agosto 2011
Por David Ramírez
El comunicador Mayobanex de Jesús Laurens plantea una inquietud general y quizás tenga mucha razón: "Este caso parece una novela de ficción la que se nos está presentando en 3D, como si fuéramos idiotas o carentes de pensamientos y razonamiento común".
En el asesinato de la profesora Lenny Féliz Féliz hay muchos cabos sueltos, también parece que sobre el caso abunda ligerezas e impericias por parte de la comandancia de la Policía Nacional en Barahona.
El caso se ha tornado todo un espectáculo, que puede ser fatal para llevar a cabo una investigación objetiva. Desde el principio la policía en Barahona ha contaminado la investigación de este crimen aportando datos confusos a la prensa.
Las afirmaciones de la PN inculpando la responsabilidad de este crimen a tres profesores no encaja,está dando la impresión en muchas personas de que las investigaciones sólo buscan ocultar la verdad al público.
Una juez acaba de darle libertad bajo garantías económicas, por falta de evidencias suficientes en su implicación en este crimen, a los profesores Luis Amauris Féliz Gómez y Félix Amauris Féliz Santana.
Al final si resultarán inocente ¿Quién resarcirá a estos dos hombres del daño moral y físico al implicarlos en un terrible crimen? En estos momentos las vidas de estas dos personas está en peligro debido a que en cualquier momento pueden salir de la cárcel y luego ser victima de un a venganza familiar.
Parece que no hay un punto de luz sobre este caso y probablemente estemos cada vez más confusos al saber que no se hizo una investigación policial correctamente científica al llevar a tanta personas (funcionarios,prensa,familiares,curiosos,etc) a la escena del crimen.
Articulo publicado el 5 de agosto de 2011
¿Tendría problemas psiquiátricos el supuesto asesino de la profesora Lenny Feliz?
Las últimas novedades sobre las investigaciones del asesinato cruel de una directora escolar en la provincia de Barahona comienza a tomar un giro muy parecido a las novelas detectivescas de Agatha Christie.
A medida que pasan las horas empiezan aclararse muchas dudas. Salen a relucir detalles tan inverosímiles que la policía no dio a conocer a la prensa al principio de la investigación.
Con tantas pistas que han salido a la luz pública, parecería que el profesor Fernando Carrasco no sólo tenía graves problemas económicos, sino algunas desviaciones en su salud mental.
Por lo sádico y cruel de este asesinato, Carrasco requiere urgentemente evaluación de un especialista en salud mental para detectar posibles conductas anormales. Veamos porque:
1- La victima, Lenny Feliz, era vecina y colaboradora del supuesto asesino en el gremio sindical de los maestros. La relación entre ambos era tan estrecha que Lenny Feliz le consigue trabajo a Fernando Carrasco y este a su vez la recompensa con un préstamo de RD$ 20,000.00.
3- Que el asesino acostumbraba a darle “bolas” a la victima cuando tenía que realizar algunas diligencias personales. Ese día que la mató, fue una de las tantas que había recibido de Fernando Carrasco. ¿Habrá violado el asesino a su victima? La policía no ha dado detalle de la autopsia a la prensa.
4-Cuando el supuesto asesino, Fernando Carrasco, mató a martillazos a su victima la despojó de:
a) Una laptop y un USB de conexión a Internet, la cual más tarde regala a su novia. La policía no implica en este asesinato a la supuesta novia de Carrasco al no encontrar indicios de que participó directa o indirectamente en este crimen.
b) Un celular de última generación, con un GPS incorporado. Según los investigadores policiales, Carrasco, chateaba con una hermana de la victima para borrar pistas de la desaparición de la maestra y con eso calmar al familiar de que Lenny Feliz estaba muy alegre vacacionando en un lugar desconocido, botando el estrés laboral.
c) Dinero en efectivo y prendas, estas últimas las empeña en una compraventa de la zona.
d) Una tarjeta de debito. ¿Para qué querría un asesino una tarjeta? Según la policía, para con ella solicitar un préstamo a un amigo como forma de garantía.
Baches en la investigación criminal
Los investigadores policiales informaron a la prensa que cuando se entregó voluntariamente, Fernando Carrasco, admitió desde el principio su participación en tan horrendo crimen, pero en ningún momento mencionó que junto a él estaban involucrados los profesores Luís Amauris Feliz Gómez y Sandro Feliz Santana
¿Por qué lo hizo luego?
Los investigadores policiales manejan la teoría que fue para vengarse debido a que tenía supuestas diferencias profesionales con estos dos maestros. Lo que pone de manifiesto en el supuesto asesino, Fernando Carrasco, su carácter vengativo e inestable.
En conclusión, este asesinato tiene un matiz muy extraño, lo cual se torna imprescindible que el supuesto asesino, Fernando Carrasco, sea examinado urgentemente por un psiquiatra. Parece ser que su estado le impide diferenciar entre su mundo interno y la realidad que le rodea.
Este examen podría ser la única forma de saber si Fernando Carrasco padece de una patología mental. También nos permitirá saber si Fernándo Carrasco era un peligroso asesino escondido en el magisterio.
¿Habrá recibido Fernando Carrasco un test psicológico antes de ocupar el puesto como director de una escuela? Si la respuesta es no, resulta muy preocupante.
De la lectura anterior nos hacemos la siguiente pregunta ¿Cuántos asesinos encubiertos como el que mató a Lenny Feliz existirán en el magisterio? ¿Cuantas maestras y alumnos podrían encontrarse en peligro al tener entre ellos un asesino cruel y sádico como el que asesinó a una dulce e inteligente maestra escolar en un rincón muy apartado del suroeste dominicano?
Articulo publicado el 9 de agosto de 2011
¿Asesinato moral?
Recientemente el Ministerio de Educación dispuso la cancelación de los profesores Luis Amaury Féliz Gómez y Félix Amaury Féliz Santana, vinculados por el también profesor, Fernando Carrasco, como cómplices en el asesinato de la directora escolar Lenny Feliz.
Desde el principio hemos venido exhortando a nuestros colegas comunicadores a tener mucha cordura y ética con lo que se publica sobre este caso, para no dañar la reputación de personas que más tarde podrían ser encontradas inocentes por un tribunal.
Soy firme partidario que sin presunción de inocencia, la condena moral es un abuso como otro cualquiera.
Lo que acaba de realizar el Ministerio de Educación, cancelar a estos dos profesores que se han declarado inocentes desde el principio de este crimen, nos deja pasmado. Esto así, porque creemos que la presunción de inocencia es un principio de orden constitucional y para determinar su culpabilidad hay que esperar que sean los tribunales judiciales que evacuen sus sentencias.
El Ministerio de Educación, no ha esperado una sentencia de un tribunal para determinar la culpabilidad o inocencia de estas dos personas, ha procedido a cancelarlos de sus puestos de trabajos en esa cartera, lo que consideramos una violación las leyes laborales dominicana.
Esta medida fue tomada a pesar de que hoy la Fiscalía de Barahona dijo que no apelaría la decisión de la juez de otorgarle garantías económicas a estos dos profesores, al no encontrar indicios que participaron directa o indirectamente en este crimen.
Estas cancelaciones es una decisión muy mala y hasta penosa. El Ministerio de Educación se adelanta a los acontecimientos y condena moralmente ante la sociedad a estos dos profesores, sin ninguna prueba vinculante en de este asesinato,
Educación se expone, si los acusados son encontrados inocentes por un tribunal ordinario de justicia, a ser sometida a un tribunal contencioso laboral, ya que sus cancelaciones podrían considerarse ilegal y discriminatoria.
Con la muerte de la profesora Lenny Feliz, la reputación del por el Ministerio de Educación quedó fuertemente manchada. Sabemos que no cuenta con mecanismos para detectar a tiempo en su en las aulas asesinos crueles y sádicos.
Pero la decisión de cancelar a estos dos maestros sin esperar sentencia de un tribunal, menoscaba aún más la autoridad moral del Estado.
Articulo publicado el 17 de marzo de 2012
¿Y ahora qué?
En ocasiones a veces odio tener la razón, más aún cuando de por medio se encuentran involucradas personas inocentes. Gente, a quienes cuyas honra, reputación e imagen han sido afectadas, convertidas en trapos de por vida gracias a que veces pasamos por alto que algunas notas periodísticas violan principios básicos del derecho humano y la presunción de inocencia.
Es cierto que un periodista o comunicador no puede esperar una sentencia de un juez para darle a conocer a la comunidad una noticia de interés colectivo, principalmente cuando por una razón u otras esas personas estén implicadas en un crimen horrendo con más preguntas que respuesta.
Traigo este tema a colación debido a que recientemente un juez decidió dictar un “No ha lugar” a los profesores Luis Amauris Féliz y Sandro Féliz Santana por no existir indicios de culpabilidad en el crimen de la profesora Lenny Féliz y Féliz. Al principio de agosto del año pasado escribí un artículo titulado “¿Ligereza policial en el caso de la maestra asesinada? ¡Cuidado con dañar reputaciones!”.En este artículo advertía a los colegas comunicadores tener cautela al momento de escribir sobre este caso para no dañar la reputación de los imputados y sobre todo, no dar por bueno y válido la supuesta “confesión” del profesor Fernando Carrasco Roque (Chito), ya que este crimen se había convertido en todo un espectáculo, lleno de morbo, contaminado desde el principio por la policía en Barahona por haber aportado datos confusos a la prensa.
Hoy, los profesores Luís Amauris Féliz y Sandro Féliz podrían salir de la cárcel (si no han salido ya) libres e inocentes de un crimen que nunca estuvieron involucrados, pero con su reputación hecha añicos y desempleados, esto así, porque el Ministerio de Educación no esperó una sentencia para establecer su culpabilidad o inocencia, lo cual constituyó una fragante violación al estado de derecho. ¿Quién resarcirá a estos dos hombres del daño moral y físico al implicarlos en un horrendo crimen?
Considero que Educación debe devolverle sus antiguos empleos, sería un acto de justicia. No soy abogado, pero considero también que, en caso contrario, los profesores tienen sobrada razón de someter al Estado ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, porque estas cancelaciones fueron ilegales, injustas y discriminatorias. Con su cancelación se violentó la presunción de inocencia y todos los derechos o garantías constitucionales.
En cuanto a nosotros, los comunicadores, este caso nos sirve de experiencia. De ahora en adelante debemos entender que en la democracia la libertad de expresión tenemos que armonizarla con los derechos procesales de las victimas e imputados, evitando convertir casos similares en un “juicio mediático” donde al final se pierde los más importante; La verdad.
Debemos entender que la función de un periodista o comunicador no es juzgar, sino brindarle a la ciudadanía información oportuna, creíble e imparcial, respetando los derechos de los ciudadanos
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Al final nadie pierde.No se daña a nadie.