Los otros afectados en el lockout NBA - Barahoneros

lunes, 31 de octubre de 2011

Los otros afectados en el lockout NBA


Además de los jugadores, la NBA funciona gracias a un gran número de trabajadoresEste verano ha sido largo y de muchas expectativas, a pesar de la incógnita de saber si la liga será suspendida en su totalidad o se resolverá el conflicto laboral en un momento dado; del morbo también de lo que nos queda por ver si se materializa, como lo anticipamos mentalmente, que Kobe Bryant y Deron Williams, entre otros, exhiban sus destrezas baloncestísticas en ultramar, de su "adaptación" en tierras lejanas, y la cobertura mediática que corresponderá -eso más que emoción, en particular es una asignatura pendiente ineludible.

Pero a mí en lo personal recientemente me ha surgido una duda sobre otros afectados menos famosos y menos adinerados en todo este lío del lockout, y es algo que considero legítimo señalar, como parte que he sido del ejército de reporteros y observadores de la liga, que a través de los años hemos atestiguado con asombro cómo se arma y luego se desarma en un dos por tres un "escenario NBA".

Hablo en concreto de las alternativas de empleo que acaso, si tienen suerte, sopesan aquellos masajistas, entrenadores asistentes, choferes, recepcionistas, cocineros, guardias de seguridad, conserjes y utileros ante la perspectiva de una cancelación de la temporada completa, y de lo que ya es una realidad, los juegos de pretemporada que se perderán.

La mayoría de ellos son contratistas independientes sin sueldos millonarios y no tienen nada qué ver directamente con las negociaciones entre dueños de los equipos y jugadores. Pero son una parte esencial de todo esta puesta en escena, que otoño tras otoño vemos triunfalmente hacer su debut en diferentes plazas de Estados Unidos, más una, solita, la que está en Canadá.

Derrick Rose lo dijo también recientemente, y muy a su manera cuando declaró que "es innecesario que haya un paro laboral en la NBA".

"No hay razón para que multimillonarios y millonarios discutan por dinero", dijo Rose. "Hay otras cosas en el mundo por las que deberíamos discutir, pero el dinero no debería ser un problema".

UN BALONCESTO IGUAL, PERO DIFERENTE

Como una vez me dijo Edgar López, en esos años de poca trascendencia mediática de los Dallas Mavericks, cuando su uniforme era blanco con vivos verdes de local y tenían aún como hogar al Reunion Arena -y el equipo era visto más como una escuadra deportiva que un grupo de famosos en uniforme. "Básicamente es lo mismo, las violaciones, el dribleo, las penetraciones, las pantallas, los bloqueos"... lo que hace diferente al básquet en la NBA es el circo en torno a los jugadores y a los equipos. En esa época la observación para mí fue un descubrimiento, pues vivía el deslumbramiento inicial de los reflectores y la multitud de cámaras que le dan ese toque de espectáculo a nuestro querido deporte y pensaba que sí, que era un baloncesto de cinco contra cinco pero que algo tenía de especial.

Ambas observaciones eran correctas. El baloncesto, (no los peinados exóticos, los arrestos por conducir los carrazos deportivos a alta velocidad, los ataques a los entrenadores, los contratos incumplidos, las lesiones, ni mucho menos el espectacular Juego de Estrellas) en esencia es el mismo, ya sea en las canchas callejeras o dentro de un gimnasio. Que el estilo cambie, como el "europeizado" de la FIBA, eso es otra cosa. O que se vea un nivel amateur, aunque altamente atlético, como en la liga colegial de la NCAA solamente le da variedad. Pero en esencia, el baloncesto es un idioma universal. Si no, pregúntenle a Yao Ming o a Dikembe Mutombo. Drazen Petrovic también estaría de acuerdo, se los aseguro.

Porque a pesar de que los rostros de la liga sean los LeBrones y los Kobes, con sus espectaculares movimientos, o los cambios de nombre como el reciente de Ron Artest, ahora conocido como Meta World Peace, ellos, después de cumplir con sus entrenamientos y de atender a la prensa (porque si no tamaña multa les espera), están acostumbrados a llegar a la cancha cuando ya está todo servido, (ya con la mesa puesta, como dirían las amas de casa) y desconocen el esfuerzo de instalar y luego desmantelar una duela pasado el frenesí del juego de la noche, porque al día siguiente se juega un partido de hockey sobre hielo, por ejemplo, o porque la arena ha sido alquilada para la presentación de una estrella de rock.

En una etapa difícil en la economía de los Estados Unidos, en la que no se sabe si estamos por entrar a una nueva recesión y el índice de desempleo amenaza con llegar a un 10 por ciento a nivel nacional, es inevitable pensar en esos actores de reparto de todo este maravilloso espectáculo que nos ofrece la NBA, más allá de los cuatro períodos de 12 minutos que dura cada uno. Es difícil olvidar que, aunque sean empleados transitorios, "de temporada", muchos y muchas tendrán que pensar en otra forma de obtener esos ingresos que a través de los juegos de exhibición y de temporada regular ganan.

La diferencia es que no todos tienen la suerte de sentarse a estudiar ofertas para viajar al extranjero mientras se llega a un acuerdo laboral.