Hoy, el presidente de Yemen renunció a su cargo. Túnez, Egipto y Libia corrieron con la misma suerte en meses previos
En Túnez se respira aires de democracia tras propiciar la caída de Ben Alí. Egipto, pese a que hoy se encuentra envuelto en conflictos, ha logrado también deshacerse de Hosni Mubarak. Libia, enfurecida, eliminó sin piedad y de manera sangrienta a su dictador Gadafi. Hoy en Yemen, Alí Abdalá Saleh firmó su dimisión en Riad, que dejará el poder en los próximos 30 días. Es el resultado de una asombrosa Primavera Árabe, que se reafirma así como uno de los acontecimientos históricos y geopolíticos más notables de la historia mundial.
ZINE EL ABIDINE BEN ALÍ. El ex presidente tunecino gobernó por más de 20 años (1987-2011) y tuvo que abandonar el cargo el 14 de enero del 2011, al ver que los ciudadanos enardecidos no cesaban de protestar. Habían adquirido un incentivo mayor luego de que el estudiante Mohammed Bouazizi se prendiera fuego de impotencia al ser abusado por los policías y despojado de su herramienta de trabajo (una carretilla de frutas). La desigualdad y desempleo que afectaban a la nación desataron el levantamiento que hizo fugar al dictador hacia Francia. Hoy, ausente de Túnez, fue condenado por los tribunales en su ausencia a 35 años de prisión por poseer un tesoros ocultos. Hoy, Túnez acaba de vivir la experiencia democrática de las elecciones en las que ganó el partido islamista moderado Ennahda.
HOSNI MUBARAK. Tuvo que renunciar casi un mes después que el anterior, el 11 de febrero del 2011, al ver que eran incontrolables las manifestaciones contra su régimen que inició en 1981. Desempleo, pobreza, corrupción y una brutal represión policial eran algunos de los factores que hartaron a los ciudadanos egipcios quienes, enfurecidos, protestaron sin cesar por 18 días para que Mubarak entendiera que la situación era inmanejable. Actualmente, el ex dictador enfrenta procesos por asesinatos y multas por cortar las comunicaciones durante la crisis.
MUAMAR GADAFI. Las excentricidades y abusos del autócrata libio son harto conocidos por la prensa internacional. Enemigo de Occidente y gestor de su propio modelo de gobierno, el hombre que siempre iba con túnica gobernó desde 1969 (es el que más tiempo tuvo en el poder de los dictadores africanos). Tras reprimir a opositores a su régimen y vivir a lo grande con la bonanza otorgada por las reservas del petróleo que nacionalizó, Gadafi sufrió de la ira del pueblo libio alzado en armas y enardecido. Fue capturado, sodomizado y posteriormente asesinado, al igual que dos de sus hijos. Su familia continúa sufriendo la persecución.
ALÍ ABDALÁ SALEH. Después de Gadafi, el mandatario de un país árabe que ha permanecido más tiempo en el poder ha sido el recién salido presidente yemení (gobernó desde el 1978 hasta hoy). Yemen se convierte así en el primer país de la península arábiga en el que las protestas populares logran derrocar al déspota. La manifestación ya llevaba casi todo el año, pero la crisis se agudizó en octubre, al reportarse que 94 niños fallecieron en el fuego cruzado que dio desde el inicio de los levantamientos. Las balas, por el contrario, no bastaron para calmar a la masa yemení. Derrotado y casi pidiendo perdón, firmó un documento hoy en el que afirma que dejará el poder a su vicepresidente para una próxima transición democrática.
Otros países pertenecientes a la Liga Árabe (ubicados en el norte de África y la península arábiga) sufren de la represión de los tiranos que se aferran al poder. El caso más llamativo en estos momentos es el de Siria, cuyo dictador, Bashar al Assad, hace méritos para correr el mismo destino reprimiendo a sus detractores. A la comunidad internacional solo le queda estar atenta a lo que ocurra y favorecer a una transición democrática y sin violencia.