Tras una vida de drogas y varias entradas a la cárcel, Danny Trejo llegó al cine por casualidad.
Los Ángeles (EE. UU.). El nombre de Danny Trejo no suena familiar., pero si usted ve su imagen, se le viene a la memoria esa cara de malo-malo que tantas veces ha pasado por su pantalla. Con más de 190 películas a cuestas, este actor chicano, nacido en el este de Los Ángeles el 16 de mayo de 1944, ha hecho de su cara un ícono del cine. Hoy, a los 66 años, por fin protagoniza un filme, Machete, presentado en el Festival de Cine de Venecia (Italia) y que llegará a Colombia el 5 de noviembre.
Los papeles por los que se lo reconoce tienen como antecedente una dura juventud marcada por el crimen, la droga -inducida por un tío- y los 11 años que pasó en prisión en los 60.
Fue precisamente debido a su adicción a la heroína y al alcohol como se convirtió en habitual inquilino de las cárceles angelinas. En ellas aprendió a boxear y a lucir con orgullo tatuajes en todo el cuerpo; su rostro se curtió y se hizo impenetrable. Fue campeón ligero y welter en la prisión de San Quintín, una de las más duras de California. Paralelamente, entró a un programa de rehabilitación que le abrió la puerta a la libertad condicional el 23 de agosto de 1969. Gracias a su habilidad para hablar sobre la drogadicción, se convirtió en consejero de Narcóticos Anónimos.
Esa vocación le brindó, curiosamente, su primer contacto con el mundo de Hollywood. "Era 1985 y un chico iba a tener una recaída. Me llamó y me dijo: 'Danny, tienes que venir a ayudarme. Siento que todo el mundo consume drogas y no aguanto'. Fui a una bodega que resultó ser el set de grabación de la película Runaway Train, con Jon Voight y Eric Roberts. Por puras cosas de la vida, estaban tratando de hacer escenas de peleas entre convictos y yo podía oler la tinta de los tatuajes falsos. Apenas me vieron, me preguntaron: '¿Cree que puede actuar como un convicto?' 'Veré qué puedo hacer', les contesté", narra el veterano actor. Entró al cine por la puerta grande: la cinta tuvo tres nominaciones al Óscar.
Desde entonces, Trejo ha aparecido en decenas de películas, como Heat (en la que actuó por primera vez con Robert de Niro y Al Pacino), Anaconda (junto a Jennifer López), The Replacement Killers, Delta Farce, Halloween 2007 y, más recientemente, Depredadores, con el ganador del Óscar Adrien Brody. El ubicuo actor ha llegado a participar hasta en diez películas en un año, convirtiéndose en uno de los más activos de la industria.
Un inmigrante con pasado
Un cuarto de siglo después de su debut, este hombre, apodado 'The Major' (el alcalde), recibe su primer papel protagónico en Machete, la última historia del director tejano Robert Rodríguez. Se trata de un filme con todos los elementos del género sensacionalista conocido como exploitation, que nació de un tráiler ficticio filmado como preámbulo de la película Planet Terror y que ha levantado una ampolla en la sociedad estadounidense por ocuparse del tema de la inmigración ilegal.
Trejo subraya que la puesta en escena de Rodríguez no es una respuesta a la polémica ley promulgada en Arizona contra los indocumentados. Cuenta que la idea nació hace 16 años, cuando ambos filmaron Desperado.
"Machete, mi personaje, lucha contra la corrupción como un vigilante -explica-, pero no va contra el pobre hombre que pasa la frontera para conseguir algún trabajo y mantener a su familia en México. Combate a los barones de la droga y a los políticos, a los que les conviene mantener cerrada la frontera para que siga el negocio".
Pero el rol no es del todo nuevo. Al hacer Grindhouse (conjunción de Planet Terror y Death Proof, de Tarantino), Rodríguez tuvo la idea de hacer el falso tráiler de Machete para ver hasta dónde podría llegar la cinta. Y acertó. Tras ser exhibido en los cines, la presión de los aficionados para que se hiciera un largometraje fue total.
"Una vez, estaba en Londres firmando autógrafos para Spy Kids y aparecieron unos muchachos que me dijeron: 'Mira, Danny, este tatuaje en mi espalda'. Yo me imaginaba que iba a ser la Virgen de Guadalupe, ya conoces a los mexicanos, pero no, tenían una imagen de Machete. Robert vio eso y me dijo: 'Aquí hay verdadero amor por ti. Vamos a hacer esta película'. Ese fue el comienzo", cuenta el actor.
Con eso se terminó de convencer Rodríguez, pues ya en el 95, al llegar a Acuña -un pequeño pueblo de frontera mexicano- para filmar Desperado, la estrella no era Antonio Banderas, sino él. Todos le pedían autógrafos, gravitaban junto a él y Robert le dijo: "'Hey, vas a ser el primer héroe de acción mexicano', algo que me hizo sentir muy feliz. Ese personaje ya venía haciéndome sombra desde hacía tiempo". Lo más satisfactorio para Trejo es saber que tanta gente se sienta identificada con la simbología que ofrece su personaje, que para él es una imagen revolucionaria y un modelo para seguir, pues piensa que la gente necesita íconos por seguir, ya sean políticos o de la cultura popular.
"Para mí, Machete es como Charles Bronson en mi generación... él era el mero, mero, un hombre entre los hombres. O Clint Eastwood, come on! Es una gran figura. Y eso es lo que la gente busca. Machete es un héroe de acción y no necesita usar capas ni botas".
Trejo, el 'tío machete'
Trejo admira a Robert Rodríguez, pero no sabía que era primo segundo suyo. Lo supo en el casting de 'Desperado'. "Me dijo que le recordaba a chicos malos de su escuela. Y le respondí: 'Es que yo era uno de esos chicos malos en tu escuela, chamaco'. Él cogió un cuchillo, me lo pasó y me dijo: 'Aquí tienes tu navaja de trabajo'".
Larga lista de películas en las que ha participado como actor secundario
Runaway train
1985: Dir. Andrei Konchalovsky. Cuenta la historia de dos convictos que se fugan en un tren que pierde el control de sus frenos.
Desperado
1995: Dir. Robert Rodríguez. Un mariachi (Antonio Banderas) busca atrapar a un narcotraficante para hacerlo pagar por sus injusticias.
Depredadores
2010: Dir. Nimród Antal. En un planeta selvático son secuestrados por unos extraterrestres un grupo de personas que han estado siempre en la guerra.
Mario Amaya
Para EL TIEMPO