POR JOSE ANTONIO MATOS PE�A
Especial para Ecos del Sur.
La precariedad que se observa en el desempe�o del cuerpo de Bomberos de este municipio, por dem�s, com�n cabecera de la provincia Bahoruco, es altamente preocupante, sobre todo, para personas como quien suscribe, que poseemos un camioncito de agua, y que ha servido en m�s de tres ocasiones para evitar desgracias de gigantes dimensiones, junto al de Domingo Labour, Furcy M�ndez y Ronny M�ndez, en momentos en que el cuerpo de Bomberos de aqu�, no ten�a lo que se denomina carro de agua.
Estamos hablando de m�s de 12 a�os, desde cuando empez� a resolverse parte de ese problema, cuando al final de per�odo de gobierno 2000-2004, en el que el doctor Rafael Subvert� Bonilla, quien en su condici�n de secretario de estado de lo interior y polic�a, entreg� el carro de aguas que poseemos hoy, y que se anuncia en ocasiones su aver�a, y generalmente, su llegada tard�a a conflagraciones, por diferentes causas, sobre todo, por falta de combustibles, lo que ha generado reacciones descabelladas e inauditas, como el s�bado pr�ximo pasado, en el que al acudir tard�amente, de acuerdo a lo denunciado en la emisora Uva FM, al municipio de Galv�n, la recibieron a pedradas y m�s.
No se justifica que en una poblaci�n, predominantemente de madera, como la empobrecida regi�n que nos acoge, tenga el descuido de no tener instrumentos tan censillos como el referido y que haya la imprecisi�n de amanecer desprovisto de la log�stica imprescindible para sofocar una eventual desgracia, que nadie puede saber a quien apunta.
Del mismo modo, queremos deplorar, el descuido que observamos de las autoridades que manejan fondos para esos fines, con ciudadanos altruista como los que se dedican a realizar los servicios de esta naturaleza, vale decir, Bomberos, de la defensa civil, cruz roja etc�tera, que en sus labores solo les sobrevuelan percances, son verdaderos h�roes de la patria, que merecen otras condiciones de vida, no vivamos de espaldas a ellos.
Las Alcald�as municipales, son las responsables inmediatas de esta situaci�n, pero el gobierno central no es ajeno a ello, y debe colaborar y tambi�n respetar el presupuesto, y hacer aportes adicionales para tales fines, ya que de un incendio, adem�s de las p�rdidas materiales, ocurren p�rdidas humanas, y la constituci�n de la rep�blica, ordena al ejecutivo, preservar la seguridad ciudadana, y esta es una forma.
