Por Jose Antonio Matos Peña, A partir de la llegada de poderoso ciclón George, en el 1998, cuya violencia de su caudal, junto en cantidad y tiempo, al desfogue de las presas de sus mismas aguas, producto de un mal manejo de las autoridades competentes del momento, arrasó con todo lo que a su paso alcanzaba, comenzando por la Mesopotamia, Tamayo, etcétera, hasta llegar a los terrenos que quedan al este del lago Enriquillo, tragándosele a este servidor, más de 120 unidades de ganado.
Esta cantidad de agua, producto de las lluvias y el desfogue tardío, produjeron un caudal de agua estimado en 10,300 metros cúbicos por segundo, que además, empezó a deteriorar el cauce del río, provocando cárcavas gigantescas, cuyo sedimento, lógicamente, fueron rumbo a la parte más baja de la Isla, que es la cuenca del Lago Enriquillo.
Entre ese período y los finales de año 2004, el régimen lluvioso, fue relativamente normal, y los lugareños no vimos con mayores preocupaciones, el comportamiento del lago Enriquillo, pero luego de iniciarse un período de alta cantidad de lluvias, y que decidió permitir que las aguas que iban a la Bahía de Neiba, no vallan a la misma, y que en cambio, se vallan a la laguna Rincón, la fuerte cantidad de agua que ha estado llegando hasta la fecha, al Enriquillo, es la responsable principal de que un relativo equilibrio evaporación-entrada, se haya roto, con un saldo desproporcionado de 13 metros vertical de crecida, en los últimos siete años.
Como todos comprenderán, el régimen de lluvias en los siete años en cuestión, con importantes desfogues de las presas de Sabaneta y Sabana Yegua, han introducido un caudal inmenso de aguas, imposibles de evaporar, en los lapsos de tiempo normales.
Como muestra de nuestras aseveraciones, podemos citar, que las mediciones en momentos en que no están pasando aguas masivas de San Juan, muestra bajas y fluctuaciones pequeñas, y cuando vienen las mismas se registra subidas, como por ejemplo, al paso del ciclón Thomas, el Enriquillo subió un metro vertical, en 15 días, con el desfogue de Emily, en julio pasado, creció 24 centímetros en 11 días, el desfogue de Irene, en agosto pasado, creció 20 centímetros en 12 días.
El temporal de aguas no ha concluido, además de que la laguna Rincón está en una de sus mayores cotas, sigue vertiendo cantidades importantes de aguas, desde los finales del mes de julio pasado, por lo que podemos citar, que en los treinta días que discurrieron, del 26 de septiembre pasados, al 26 de octubre, el Enriquillo, creció 26 centímetros vertical, y el temporal de baja temperatura que se pronostica de ahora al mes de abril, junto al invierno y las posibles lluvias, indican seguras crecidas de lago Enriquillo, por no existir el paso de aguas por el aliviadero de canoa, rumbo la Bahía de Neiba, donde esas misma aguas hacen falta como parte de un ecosistema.
Es importante hacer notar, que el comportamiento del Azuei es independiente al Enriquillo, y que hemos establecido que sus fluctuaciones, que son menores, lo hacen en armonía con el Río Blanco.