Para el abogado de la joven, Marc Molins Raich, este caso ilustra el abuso que se hace de la jurisdicción penal, que, según él, debería estar reservada para “conductas más graves y ofensivas”.Una joven concertista de piano de 26 años, Laia Martín, tiene que hacer frente a la denuncia de una vecina y a los siete años y medio de cárcel que el Fiscal pide para ella.
Una vecina de la joven la denunció en 2003, cuando ambas residían en Puigcerdá, porque tocaba el piano un mínimo de cinco días a la semana, ocho horas al día, de 9 a 13 horas y de 14 a 18 horas, lo que, según ella, le provocó un gran estrés y la obligó a abandonar temporalmente la vivienda. Tras una inspección del ayuntamiento de la ciudad y de la dirección general de Qualitat Ambiental, se concluyó que se superaban los límites legales.
La mujer también denuncia a los padres por alentar y ayudar activamente a la joven. La denuncia, que se ha interpuesto por la vía penal, acusa a la joven pianista de contaminación acústica y lesiones psíquicas, delitos por los que la Fiscalía pide siete años y medio de prisión; además de la inhabilitación durante cuatro años “para el ejercicio de cualquier profesión u oficio relacionado con el uso de pianos como instrumento musical”.
En 2007 la joven y sus padres se mudaron a una casa más aislada, donde la joven sigue practicando a diario para completar su agenda de actuaciones y giras.