POR DAVID RAMIREZ SANCHEZ.
Las chatas y bolitas en nuestras playas no se reproducen, son parte de un ecosistema formado hace miles de millones de a�os.
Pero ahora, en nombre del "padre familiar�smo", residentes de algunas zonas de la costa Sur est�n extrayendolas para comercializarla sin pensar que tarde o temprano se producir� una cat�strofe ecol�gica irreparable con la consiguiente alteraci�n del paisaje, de la flora y fauna litoral.
Muchos organismos y microrganismos han hecho de estas playa su habitat natural. Esta extracci�n podr�a poner en peligro su cadena alimenticia y por ende romper el equilibrio ecol�gico de la zona.
Luego que se acaben las chatas que sigue �la quema de �rboles o la extracci�n de materiales de los r�os cercanos?
Ya es visible los da�os que estas extracciones est�n causando al equilibrio de estas playas, ahora lucen "peladas" en la orilla, adornada s�lo con tierra y rocas. Las chatas en la playa no es un adorno, es tambi�n una contenci�n natural de las olas, una especie de "muralla" que evita, pricipalmente en la temporara cicl�nica, que el agua del mar penetre en zonas habitadas.
El gobierno, incapaz de crear fuente de empleo sustentable y ecol�gica para los residentes, ha optado por la soluci�n m�s f�cil, aunque tr�gica: permitir que 60 familias extraigan cientos de sacos de chatas de las reservas costeras acumuladas durante milenios de natural actividad geol�gica.
Dos patanas llegan semanalmente los jueves para recoger cientos de sacos que son comprados a dichas familias por la suma de 50 pesitos cada uno, mientras ellos las venden tres veces su valor en otros lugares.
Estamos de acuerdo con nuestro amigo Nestor de Jes�s Laurens, este es un recurso natural no renovable que podr�a desaparecer de la zona costera si las autoridades de medio ambiente no toman las medidas de lugar para evitar que se contin�e con esta mala practica.
Las piedras, seg�n han informado Laurens, son utilizadas en la parte norte del pa�s en hoteles, restaurant y residenciales para el embellecimiento de las construcciones.
Mientras las construcciones tur�sticas del Cibao y el Este se embellecen con nuestras chatas marinas, las playas del Sur se empobrecen visualmente para los tur�stas y visitantes.
En muchos a�os nunca hab�amos visto en el Sur un crimen ecol�gico de tal envergadura.
Las chatas y bolitas en nuestras playas no se reproducen, son parte de un ecosistema formado hace miles de millones de a�os.
Pero ahora, en nombre del "padre familiar�smo", residentes de algunas zonas de la costa Sur est�n extrayendolas para comercializarla sin pensar que tarde o temprano se producir� una cat�strofe ecol�gica irreparable con la consiguiente alteraci�n del paisaje, de la flora y fauna litoral.
Muchos organismos y microrganismos han hecho de estas playa su habitat natural. Esta extracci�n podr�a poner en peligro su cadena alimenticia y por ende romper el equilibrio ecol�gico de la zona.
Luego que se acaben las chatas que sigue �la quema de �rboles o la extracci�n de materiales de los r�os cercanos?
Ya es visible los da�os que estas extracciones est�n causando al equilibrio de estas playas, ahora lucen "peladas" en la orilla, adornada s�lo con tierra y rocas. Las chatas en la playa no es un adorno, es tambi�n una contenci�n natural de las olas, una especie de "muralla" que evita, pricipalmente en la temporara cicl�nica, que el agua del mar penetre en zonas habitadas.
El gobierno, incapaz de crear fuente de empleo sustentable y ecol�gica para los residentes, ha optado por la soluci�n m�s f�cil, aunque tr�gica: permitir que 60 familias extraigan cientos de sacos de chatas de las reservas costeras acumuladas durante milenios de natural actividad geol�gica.
Dos patanas llegan semanalmente los jueves para recoger cientos de sacos que son comprados a dichas familias por la suma de 50 pesitos cada uno, mientras ellos las venden tres veces su valor en otros lugares.
Estamos de acuerdo con nuestro amigo Nestor de Jes�s Laurens, este es un recurso natural no renovable que podr�a desaparecer de la zona costera si las autoridades de medio ambiente no toman las medidas de lugar para evitar que se contin�e con esta mala practica.
Las piedras, seg�n han informado Laurens, son utilizadas en la parte norte del pa�s en hoteles, restaurant y residenciales para el embellecimiento de las construcciones.
Mientras las construcciones tur�sticas del Cibao y el Este se embellecen con nuestras chatas marinas, las playas del Sur se empobrecen visualmente para los tur�stas y visitantes.
En muchos a�os nunca hab�amos visto en el Sur un crimen ecol�gico de tal envergadura.