Max Puig explicó que una de las razones de su
separación del Bloque Progresista y el Partido de la Liberación
Dominicana (PLD) es porque esa organización no se ha dedicado al trabajo
social.
También señala que “lo que más me ha dolido del presidente Leonel Fernández es su permisividad ante la corrupción”.
Expuso que “en el 1996 el quien estaba supuesto a ganar las elecciones era el doctor Peña Gómez, nadie pensaba que Leonel Fernández iba a ganar y nosotros le apoyamos porque pensábamos que iba a ganar el doctor Peña Gómez y se iba a establecer un bipartidismo PRD-PRSC y que el PLD se iba a debilitar más, por lo que ese bipardismo no era conveniente para el país”.
Puig dijo que habló con el presidente Fernández para los comicios del año 2008 y acordó con el mandatario que ese cuatrienio se iba a concentrar en trabajar en lo social, pero no ha sido así.
“El modelo que hemos venido siguiendo, lejos de contribuir a cerrar la brecha la está ensanchando, entonces eso nos lleva a nosotros a la conclusión de que tenemos que trabajar para reorientación de las políticas económicas y sociales”, apuntó.
Aunque aclara que la decisión reposa en los organismos de la APD, Puig no es partidario de que se apoye a ninguna de las fuerzas tradicionales que competirían en una eventual segunda vuelta electoral.
Sostuvo que sería una contradicción con los ideales que pregonan de que el actual modelo de gobierno se debe cambiar, si respaldan a una de las fuerzas tradicionales que utilizan el clientelismo para realizar campaña política.
“Nosotros no tenemos por qué apoyar a esas fuerzas, esas fuerzas están muy comprometidas con ese modelo económico y esa forma de hacer política. Todo lo que se observa en su planteamiento (el de Danilo Medina) es precisamente lo que va en esa dirección”, enfatizó.
“Todos los partidos se han desnaturalizado”
Para Max Puig, candidato presidencial del partido Alianza por la Democracia (APD), el sistema político dominicano acusa serias dificultades porque los partidos políticos se desnaturalizado y no ejercen su verdadera función social ni económica.
El dirigente político argumenta que los partidos políticos debe vivir en constante comunicación con la sociedad para escuchar sus reclamos y pareceres sobre los problemas y aspiraciones sociales, no solo en una etapa electoral.
Tampoco, precisó, en el sistema actual los partidos están siendo entes para renovar el liderazgo de la sociedad, ni son escuelas donde la gente va aprendiendo las prácticas públicas.
Criticó que el sistema clientelista es el que impera en los partidos, pasando a un segundo plano los programas de gobierno, la renovación del liderazgo, el compromiso social y la orientación ideológica.
A su juicio cada organización política consta de dos clanes, uno de ellos es el más reducido y el que se enquista en la dirección del partido, no hace elecciones internas y se mantiene una pugna entre uno y otro clan “y al final todo eso desvirtúa la democracia”.
“En vez de ser las elecciones un mecanismo de expresión de la voluntad del ciudadano, las elecciones se convierten en un intercambio de favores o en un toma y daca, es decir yo te doy puede ser una funda o una caja de alimentos valorada entre 700 y mil pesos, una pica pica una libra de arroz, pero puede ser un contrato de obras públicas de un monto bastante importante”, resaltó.
Sostuvo que las organizaciones políticas solo están actuando como maquinarias electorales, o aparatos especializados en buscar votos, para lo que acuden a todo tipo de procedimientos no democráticos.
“Un partido debe ser capaz de darle seguimiento a la sociedad, recoger sus aspiraciones y traducir esas aspiraciones es propuestas de políticas públicas, sobre economía, la agricultura, en fin jugar un papel de catalizador de las demandas de la sociedad, y en función de la orientación ideológica del partido va haciendo tal o cual tipo de propuestas”, indicó.
Es por esta razón que Puig estima que el proyecto de Ley de Partidos y Agrupaciones políticas no ha podido ser aprobado, a pesar de que lleva 13 años de creado y discutido por diversos sectores e instituciones.
“Tiene 13 años dando vuelta el proyecto, entonces, obviamente no hay interés en que un proyecto de ese tipo prospere porque establece determinadas regulaciones y garantiza la democracia en los partidos”, apuntó. Entrevistado en el Desayuno del LISTÍN DIARIO con los candidatos, Puig estuvo acompañado de su candidata vicepresidencial, Luz María Abreu; el secretario general de la APD, Carlos Sánchez; y su jefe de campaña, Onofre Rojas. También la diputada nacional Guadalupe Valdéz; Julio Sanz, secretario de comunicaciones de la APD; el general retirado Juan Recio Hernández, del comité de estrategia; y Honey Díaz, asistente del candidato presidencial.
(+)
LAS BASES DE UNA CONVERGENCIA
Max Puig estimó que, aunque no pudo cuajar la idea de presentar una sola candidatura alternativa, las organizaciones emergentes que se reunieron en noviembre de 2011 para impulsar un acuerdo, sentaron las bases para conformar una convergencia.
Puig recuerda que numerosos sectores del país se acercaron a la APD y otras fuerzas para plantearles que se conformara una unidad de fuerzas políticas emergentes, lo que indica a su entender que hay una gran aspiración de la sociedad para que se supere el actual modelo político. “Asistimos a todas las invitaciones que nos hicieron, tanto como partido como en términos personales, hicimos un esfuerzo por producir acercamientos pero lamentablemente no lo logramos pero sentamos las bases”.
También señala que “lo que más me ha dolido del presidente Leonel Fernández es su permisividad ante la corrupción”.
Expuso que “en el 1996 el quien estaba supuesto a ganar las elecciones era el doctor Peña Gómez, nadie pensaba que Leonel Fernández iba a ganar y nosotros le apoyamos porque pensábamos que iba a ganar el doctor Peña Gómez y se iba a establecer un bipartidismo PRD-PRSC y que el PLD se iba a debilitar más, por lo que ese bipardismo no era conveniente para el país”.
Puig dijo que habló con el presidente Fernández para los comicios del año 2008 y acordó con el mandatario que ese cuatrienio se iba a concentrar en trabajar en lo social, pero no ha sido así.
“El modelo que hemos venido siguiendo, lejos de contribuir a cerrar la brecha la está ensanchando, entonces eso nos lleva a nosotros a la conclusión de que tenemos que trabajar para reorientación de las políticas económicas y sociales”, apuntó.
Aunque aclara que la decisión reposa en los organismos de la APD, Puig no es partidario de que se apoye a ninguna de las fuerzas tradicionales que competirían en una eventual segunda vuelta electoral.
Sostuvo que sería una contradicción con los ideales que pregonan de que el actual modelo de gobierno se debe cambiar, si respaldan a una de las fuerzas tradicionales que utilizan el clientelismo para realizar campaña política.
“Nosotros no tenemos por qué apoyar a esas fuerzas, esas fuerzas están muy comprometidas con ese modelo económico y esa forma de hacer política. Todo lo que se observa en su planteamiento (el de Danilo Medina) es precisamente lo que va en esa dirección”, enfatizó.
“Todos los partidos se han desnaturalizado”
Para Max Puig, candidato presidencial del partido Alianza por la Democracia (APD), el sistema político dominicano acusa serias dificultades porque los partidos políticos se desnaturalizado y no ejercen su verdadera función social ni económica.
El dirigente político argumenta que los partidos políticos debe vivir en constante comunicación con la sociedad para escuchar sus reclamos y pareceres sobre los problemas y aspiraciones sociales, no solo en una etapa electoral.
Tampoco, precisó, en el sistema actual los partidos están siendo entes para renovar el liderazgo de la sociedad, ni son escuelas donde la gente va aprendiendo las prácticas públicas.
Criticó que el sistema clientelista es el que impera en los partidos, pasando a un segundo plano los programas de gobierno, la renovación del liderazgo, el compromiso social y la orientación ideológica.
A su juicio cada organización política consta de dos clanes, uno de ellos es el más reducido y el que se enquista en la dirección del partido, no hace elecciones internas y se mantiene una pugna entre uno y otro clan “y al final todo eso desvirtúa la democracia”.
“En vez de ser las elecciones un mecanismo de expresión de la voluntad del ciudadano, las elecciones se convierten en un intercambio de favores o en un toma y daca, es decir yo te doy puede ser una funda o una caja de alimentos valorada entre 700 y mil pesos, una pica pica una libra de arroz, pero puede ser un contrato de obras públicas de un monto bastante importante”, resaltó.
Sostuvo que las organizaciones políticas solo están actuando como maquinarias electorales, o aparatos especializados en buscar votos, para lo que acuden a todo tipo de procedimientos no democráticos.
“Un partido debe ser capaz de darle seguimiento a la sociedad, recoger sus aspiraciones y traducir esas aspiraciones es propuestas de políticas públicas, sobre economía, la agricultura, en fin jugar un papel de catalizador de las demandas de la sociedad, y en función de la orientación ideológica del partido va haciendo tal o cual tipo de propuestas”, indicó.
Es por esta razón que Puig estima que el proyecto de Ley de Partidos y Agrupaciones políticas no ha podido ser aprobado, a pesar de que lleva 13 años de creado y discutido por diversos sectores e instituciones.
“Tiene 13 años dando vuelta el proyecto, entonces, obviamente no hay interés en que un proyecto de ese tipo prospere porque establece determinadas regulaciones y garantiza la democracia en los partidos”, apuntó. Entrevistado en el Desayuno del LISTÍN DIARIO con los candidatos, Puig estuvo acompañado de su candidata vicepresidencial, Luz María Abreu; el secretario general de la APD, Carlos Sánchez; y su jefe de campaña, Onofre Rojas. También la diputada nacional Guadalupe Valdéz; Julio Sanz, secretario de comunicaciones de la APD; el general retirado Juan Recio Hernández, del comité de estrategia; y Honey Díaz, asistente del candidato presidencial.
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LAS BASES DE UNA CONVERGENCIA
Max Puig estimó que, aunque no pudo cuajar la idea de presentar una sola candidatura alternativa, las organizaciones emergentes que se reunieron en noviembre de 2011 para impulsar un acuerdo, sentaron las bases para conformar una convergencia.
Puig recuerda que numerosos sectores del país se acercaron a la APD y otras fuerzas para plantearles que se conformara una unidad de fuerzas políticas emergentes, lo que indica a su entender que hay una gran aspiración de la sociedad para que se supere el actual modelo político. “Asistimos a todas las invitaciones que nos hicieron, tanto como partido como en términos personales, hicimos un esfuerzo por producir acercamientos pero lamentablemente no lo logramos pero sentamos las bases”.