Por Jose Antonio Matos Peña.- La administración del doctor Leonel Fernández se puede bautizar con este nombre, ya que todos y cada uno de los eventos socioeconómicos de su gestión, como los que se derivan de su herencia, son exagerados, lástima que con saldo negativo para la mayoría de la población.
Desbordamiento en el gasto de mala calidad, desbordamiento, en la violencia, intra y extrafamiliar, desbordamiento en el costo de la vida, en los impuesto sobre la población menos pudiente, en la delincuencia, en los asesinatos, en la falta de educación, desbordamiento, en cantidad de obras públicas grado a grado, desbordamiento en la inversión de recursos en la vecina nación de Haití, desbordamiento en la importación impiadosa de productos nacionales, para quiebra de nuestros productores, desbordamiento en los sueldos de lujo, devengados por los miembros de su sinarquia, desbordamiento en la repetición de funciones y de obtención de emolumentos de parte de ellos, con repetición de salarios lujosos en seis y hasta siete consejos de administración.
Desbordamiento en la cantidad de gastos, viajes y tiempo en el exterior, llegándosele a computar mas de un año, en días fuera de la nación, de los doce años que cumplió al frente del ejecutivo, desbordamiento en el flujo y permisibilidad del Narcotráfico, desbordamiento en la compra de los nueve aviones súper-Tucanos, compra en la que se denunció precios muy por encima del obtenido otros por otros países en el momento.
Desbordamiento en los asaltos, a punto tal, que a tres meses de entregar las riendas del poder, a su conmilitón, don Danilo Medina, sigue creciendo de manera desorbitada, sin que dejemos de reconocer, que este último, hace esfuerzos ingentes por detenerlos, junto a la violencia, en términos generales, los asaltos, con muerte y sin muerte, se han puesto de moda, en lugares públicos, en hogares, a plena luz del día, frente a viviendas, en las carreteras, en las motocicletas, en carros de transportes, a damas solas, a ancianos postrados y el asalto mayor que recibe la población, cuando se le aumentan impuestos junto al desbordamiento que persiste, de la mala calidad de la inversión pública.
La política no fue ajena a estos desbordamientos, el presidente Fernández abusó del erario de manera visible en la obtención de resultados favorables a sus proyectos políticos, en los torneos electorales del 2008 del 2010 y del 2012, doblegando a su voluntad, más de 12 partidos de los llamados minoritarios, entre los cuales repartió parte de las dependencias estatales, cual botín de guerra, y los llamados minoritarios, con artes parecidas, los mantiene en profundas crisis, tal es el caso del PRSC, que con su presidente, impuesto a la mayoría lo anquilosa y el revolucionario dominicano, al que con un burdo maridaje, difícil de disimular, con su presidente Vargas.
La relación causa-efecto es evidente en estos fenómenos sociales, así como una diferencia de contenido de electrones entre dos puntos genera un flujo de electrones de uno a otro, igual que el torrente de agua se desplaza de la parte más alta a la parte más baja, la desigualdad social genera esas grandes tensiones sociales, aquellos desbordamientos son causales de estos tormentos, el gobierno tiene que empezar a atacar las causas, para reducir los efectos, en tanto, medidas puntuales se pueden implementar, y una de ellas podría ser instalando localizadores a los conspicuos delincuentes libres, con la finalidad de que al momento de perpetrarse un hecho, la autoridad investigativa pueda arrancar con mejores puntos de partida, lógico es que la acción preventiva debe ser acentuada.
