Festividad San Andrés pasa sin pena, sin gloria... y sin polvo - Barahoneros

viernes, 30 de noviembre de 2012

Festividad San Andrés pasa sin pena, sin gloria... y sin polvo


“¿Día de San Andrés? ¡Oh mi niñez, cuánto te extraño!”, esta publicación de la santiaguera Nancybelis Espinal en Twitter esta mañana recoge el sentir de generaciones que ven con pesar cómo la tradicional celebración del Día de San Andrés cada 30 de noviembre se va extinguiendo en República Dominicana.

Basta un recorrido por los barrios populosos del Distrito Nacional para concluir que los días de San Andrés ya no son como antes, pues hace dos o tres décadas desde el amanecer niños, jóvenes y adultos dejaban salir toda su picardía para atacar con almidón, talco o harina, agua, perfume u otros líquidos menos olorosos a todo el que se le cruzara.

En los clubes sociales de clase alta también disfrutaba esta fecha organizando bailes, les llamaban la Fiesta Blanca de San Andrés, pues todos vestían con ropas elegantes de ese color.

“Nosotros nos gozábamos los días de San Andrés. Nosotros nos pasábamos ese día tirando huevos, polvo. En los barrios se organizaban brigadas de mozalbetes que salíamos a tirar agua huevo, harina, polvo”, dijo con los ojos que brillaban por el recuerdo Hélida de Jesús, una arquitecta de 55 años.

La profesional lamentó que esas tradiciones se hayan sustituido por las foráneas como el Día de Brujas (Halloween). “Hoy los niños y jóvenes sólo están enfocados en la televisión, el internet, el celular”, expresó De Jesús.

Ninguno de los adolescentes y jóvenes consultados esta mañana a la entrada de varios liceos y colegios sabía qué fecha se celebra hoy.

Origen

El historiador Román Franco Fondeur (1920-1989) explicó en una publicación que recoge el portal del Archivo Histórico de Santiago que los orígenes de esa celebración “se pierden en la niebla de los tiempos”.

San Andrés fue martirizado al crucificársele en una cruz en forma de X que hoy lleva su nombre.

Franco Fondeur, quien fuera miembro de la Academia Dominicana de la Historia y director del Archivo Histórico de Santiago (1958-1989), detalló que hay una anécdota que narra cómo un Día de San Andrés el Presidente Ulises Heureaux (Lilís) iba por una de las calles de la Capital y de repente, al pasar por un grupo que jugaba San Andrés, fue salpicado por gotas de aguas “no tan puras”. “La anécdota envuelta en la leyenda, cuenta como el Presidente Lilís mandó comprar todos los perfumes y polvos perfumados en existencia en aquella urbe y la dio al pueblo que jugara con tales artículos en vez de...”