Por Jose Antonio Matos Peña: Con un espejo de aguas menor de 49 kilómetros, encontró este desorden hídrico, provocado por la llegada hacia ella de aguas que anteriormente iban a la Bahía de Neiba, estimado ya, aclaramos , que todas esa aguas terminan en el lago Enriquillo, las que no se evaporen en el tránsito, no antes, sin pasar la parte mayoritaria de ellas, por la laguna rincón, estando el lago Enriquillo aposentado en la parte más profunda de la isla, otrora, a 44 metros por debajo del nivel del mar( ó cota).
Esta laguna, en parte este, vertía de nuevo al Yaque del Sur aguas por el caño Lucas el cual poseía compuertas, hoy en desuso, para hacer efectiva la salida
De las aguas por el aliviadero de Habanero
La laguna Rincón ó laguna de Cabral, que al momento de esta tragedia era superficialmente una quinta parte del Enriquillo, con sus 15 metros sobre el nivel del mar y una profundidad de 457.2 centímetros, quedaba en eso tiempos de relativa normalidad, a una diferencia de 59 metros, esto es, de nivel a nivel de aguas, diferencia esta, alterada significativamente en los momentos actuales, ya que el Enriquillo está en cerca de 23 metros por debajo del nivel del mar, visto, que su crecimiento de alrededor de 20 metros, lo tiene ya en una cota de menos de 24 metros y la laguna Rincón no la podemos especificar por el nivel de crecimiento a que la tiene sometida el caudal que recibe desde el Yaque del Sur.
Se estima que la sedimentación impenitente que le proporciona esta distribución desigual y anti- histórica, ya que el Yaque del Sur originalmente desembocaba en Azua y luego por un fenómeno telúrico cambió a puerto alejando, con una ramificación mínima hacia la laguna Rincón y menor proporción directa al lago Enriquillo, la tiene en una profundidad reducida a 228.6 centímetros, con un impacto medioambiental y humano inconmensurable, la pesca, la flora y fauna diezmada en manera extrema, la emigración de aves, desaparición de especies de pesca, desapareciendo el caudal de Camarones, los Sábalos, Guabinas, las Tilapias han disminuido dramáticamente y para colmo de males, el charco Tomás, en Cabral alimentado por el Arroyo La Cueva, ha desaparecido y con él, una gran producción de guabinas, suculenta especie de pez perseguida por la mayoría de los que las degustan.
El fenómeno denominado la niña, con que los entendidos han denominado el cambio de conducta del régimen pluviométrico del mundo, y específicamente en nuestro sur, reflejado en una crecida sustancial de todos los acuíferos, entre ellos los ríos, el Yaque del sur, el Río San Juan y el Río Las Cuevas, nacidos entre otros, de la Loma La Rusilla, que junto a la capacidad de almacenamiento de las presas Sabana Yegua y Sabaneta, que al desfoga (la de Sabana Yegua), equivalen a cualquier riadas, son factores multiplicadores de las crecidas y sedimentaciones, completadas puntualmente por la inoperancia del aliviadero de Canoa y el derivadero de MENA.
Como ejercicio elemental vamos a hacer el siguiente ejercicio, el ingeniero Gilberto Reinoso afirma que para el año 2010, entre tres fenómenos naturales, en solo 200 días, el Yaque del sur depositó en el Enriquillo 3700 millones de metros cúbicos de agua e informes estatales establecen que en las Tormentas Olga Y Noel, llegaron 2000 millones de metros cúbicos de agua, sumando ambas tenemos 5,700 metros cúbicos, como han dejado de ir por el aliviadero de Canoa, esa totalidad ( con una capacidad de 5000 mil metros cúbicos por segundo), asumiendo que solo hubiera ido la mitad de lo expuesto, concluimos que dejaron de ir el 75% de la mitad de los 5,700 millones, esto es, 2,138 millones de metros cúbicos de aguas, imagínense ustedes si esta cantidad extra de aguas, tan solo en esos dos eventos en la hoya del lago Enriquillo, que son más, no alteran sus niveles.
Nos insulta, como Enriquillenses y conocedores de esta realidad, que el pasado sábado, el ingeniero Osiris de León, eminente técnico, una vez más afirme que las aguas del yaque del sur no crecen el lago Enriquillo, sean ustedes, amigos(as) lectores(as), El Jurado.