El estado, así como da enormes subsidios a sectores empresariales, que como es natural, tiene altas dosis de ambición, lo que los hace quererlo todo, lógicamente, con honrosas excepciones, por algo exclamó nuestro señor Jesucristo, “primero pasa un camelo por el ojo de una aguja, que un rico en el reino de los cielos”. Perdón. Pido excusas al los ricos que conformen la excepción.
En su gestión de buscar la igualdad social, o justicia social, mandada por nuestra constitución, la del 1962, iniciativa del profesor Juan Bosch y refrendada por un congreso nacional, dominado por el partido revolucionario dominicano, en el cual, nuestro padre, don Néstor Matos, fue el senado por nuestra provincia, la Bahoruco , el estado dominicano debe apoyar las iniciativas de reunión en grupos de los sectores económicos, en todos los niveles y sobre todo, en el medio y bajo de la nación.
Visto esto, y escrito en esta ocasión, a propósito del sector camionero de volteos, el cual representamos en nuestra provincia, es un sector económico, desvalido y flagelado también, por las secuelas de la crecida del lago Enriquillo, el cual, en una subida de 22 metros de altura, ha llenado y llevado a su seno, más de 350 mil tareas de tierras, en una zona, que por su pobreza, obliga a los ciudadanos de la misma, que no hemos aceptado la fuga como solución, nos hace hacer vida en más de un sector de la humilde economía que sufrimos, el caso nuestro, por ejemplo, es de una pérdida de 120 unidades vacunas, sin las tierras que nos expropian las aguas y el banco agrícola.
La resolución DGPP1-N0. 358/2006, de fecha 17 de marzo 2006, de la entonces secretaría de estado de obras públicas y comunicaciones, establece en su Art. 7mo, que los camioneros organizados al través de FENATRADO tienen el 50% del transporte de la carga, a nivel nacional en las obras, por lo que urge que obras públicas, en vez de ofrecer un 30% de ella en el tiro de material en la ciudad “nueva boca cachón”, para después que ellos llevan dos mese de trabajos solos, no es justo.
Los mismo empieza a ocurrir con la dirección general de fronteras y otros organismos estatales como el IAD, en esta provincia, por lo que clamamos al señor presidente de la república, que evite que el gobierno central se convierta la competencia de este empobrecido sector, que también somos dominicanos, corrija eso, señor presidente.