Por Jose Antonio Matos Peña.- Todas las circunstancias políticas del partido revolucionario dominicano, a lo interno y externo han madurado una solución de la crisis dirigencial, porque de eso es que se trata, disidencias entre dirigentes, sobre todo, entre uno, creído emperador, contra la gran mayoría dirigencial y por los sondeos visuales y los numeritos a los que accesamos, contra la mayoría en la militancia.
Hay plazos estatutarios que no permiten variación, como el tiempo en que fatalmente le vence a toda la dirigencia nacional, de arriba abajo, sin distinción, el próximo 19 de julio vencen todos, no importa que se llame Vargas o que se llame Vásquez, todo el electo a una posición, cumplido el plazo, cesa en ellas y tiene que dar paso a la comisión organizadora.
Hemos visto en el frente del local nacional del partido revolucionario dominicano una construcción, que denota una terquedad y da pie a la lectura del pensamiento del presidente partidario, cerrazón y poca visión, una visión tan corta y cerrada como a sellado su vida política, cercenándose toda capacidad de ser un verdadero presidenciable.
La hora de la convención se acerca y quien la impida, fallará en su intento y será abatido bajo el tropel de la base perredeísta, cual río Panzo, cuando en su riada anega de aguas, lodos y piedras, la carretera Cerro al Medio- Las Marías.