Hertha Wallecker, una anciana de 82 años, frustó el asalto a un banco en Austria tras regañar a gritos al atracador quien desconcertado no tuvo más que huir del lugar.
El ladrón llegó armado con una pistola y una bomba de fabricación casera y la octogenaria se le acercó sigilosamente por detrás, le quitó la máscara y le arrebató el dinero que ya tenía en sus manos mientras le recriminaba su actuación y le decía que buscara un trabajo.
Wallcker afirma que reaccionó así porque le enfurece que haya personas que se ganen la vida robando a los demás cuando hay quienes tienen que trabajar muy duro para poder sobrevivir.