La Reforma Fiscal: Un monumento a la impunidad. - Barahoneros

lunes, 22 de octubre de 2012

La Reforma Fiscal: Un monumento a la impunidad.

Por José Corniel.

Con el anuncio de una reforma fiscal en el país, el gobierno que encabeza el presidente Danilo Medina Sánchez, erige un MONUMENTO a la impunidad, respecto al despilfarro, la francachela  y el desorden administrativo a que  sometió el ex presidente Leonel Fernández a la República Dominicana.

La prostitución y el caos financiero fueron tan grandes, que se habla de un déficit fiscal de 187 mil millones de pesos,  dinero que fue a parar a unos pocos funcionarios del gobierno, quienes gozaron de todo tipo de privilegios en el pasado,  y hoy gozan, además de las fortunas que hicieron, de gran impunidad.

Y decimos esto, porque a pesar de que Danilo Medina sabe bien quienes son los responsables directos  de este hoyo fiscal, anda por las ramas y pretende condenar a quien no ha cometido el ilícito, al pueblo.
Algunas fórmulas se han planteado para conjurar el escandaloso déficit fiscal que acusa el Estado Dominicana, entre las que se encuentran:  “someter a la acción de la justicia a los funcionarios corruptos responsables de la situación, eliminar los irritantes privilegios de los legisladores, tal es el caso del barrilito, revisar los contratos leoninos o lesivos con las generadoras eléctricas, la Barrick Gold, entre otras, que bien podrían compensar el dinero que hace falta”, pero Danilo Medina no quiere tocar ni con el pétalo de una rosa a esos sectores, en los que también sustenta su gobierno, y mejor enviste contra la magra economía del pueblo.

De ser aplicada la mal llamada reforma, como al efecto parece que sucederá, los dominicanos y dominicanas tendremos que continuar apretándonos unos cinturones, que por las tantas veces que nos los hemos apretado, ya no tienen más agujeros ni espacios en el que apretar, lo que implica entonces, la muerte por asfixias.

Indefectiblemente se aplicará una reforma fiscal asfixiante, si lo dominicanos y dominicanas nos quedamos de brazos cruzados a espera de lo que pueda suceder, porque desde el gobierno no hay muy buenas intenciones y no se pretende desde allí cargar a los que más pueden, ni buscar el dinero que ha sido robado en los bolsillos en que se encuentran.

Es hora de que este pueblo se movilice, proteste con marchas, piquetes, concentraciones, denuncias y declaraciones por los medios de comunicación, y que no descarte hasta el último recurso, la huelga pacífica. Solo así, podremos hacer reflexionar a un gobierno que ha prometido corregir lo que está mal, pero que con esta actitud y comportamiento, da un espaldarazo a la corrupción y los corruptos.