¿Redentor de qué? - Barahoneros

viernes, 30 de julio de 2010

¿Redentor de qué?


Por David Ramirez: Las cosas que hacen o dicen algunos funcionarios locales de este gobierno rayan en lo ridículo.

La ceremonia que dio inicio a los trabajos para la construcción de la Presa de Monte Grande fue utilizada por funcionarios locales para proclamar al Presidente Leonel Fernández como “Redentor de Barahona”, esto viene siendo como la figura que ha redimido de todos los males a La Perla del Sur.

¿Cómo no soltar una carcajada ante semejante pamplina?

La ceremonia fue un acto cargado de cursilería y ramplonería, donde funcionarios locales adulaban al presidente Fernández con discursos llenos de retóricas reeleccionistas.

Al usar el apelativo de “Redentor de Barahona” con el presidente Leonel Fernández, estos funcionarios locales olvidaron que se trataba una verdadera ofensa para muchos barahoneros.

¿Pero cómo se atrevieron estos funcionarios locales llamar “Redentor” a un gobernante que ha hecho poco o nada por Barahona? ¿Cómo se atrevieron, mientras Barahona se encuentra en la pobreza, llena de obras inconclusas o abandonadas desde hace más de 30 años?

Barahona no tiene Redentor, porque si tuviese uno hace mucho tiempo que la planta de tratamiento de aguas residuales y la ciudad universitaria estarían concluidas.

Si Barahona tuviese un Redentor no existirían los barracones de Palmarito, Camboya, la Cañada de Papoy, Los Barracones de Castillo y otros lugares insalubres.

Con un Redentor nuestras calles estarían limpias de motoconchistas y obreros sin empleos, parecería una utopía, pero fuéramos más felices porque Barahona sería una ciudad libre de desempleados.

Si Barahona tuviese un Redentor no estarían en ruinas el estadio de béisbol Nadim J. Hazoury, ni la Villa Deportiva, tampoco abandonado el nuevo mercado público (hoy un refugio de damnificados desde 1995).

Con un Redentor hace mucho que la provincia de Barahona fuera una potencia turística.

En fin ¿para qué seguir enumerando?

Pero no somos egoístas, anhelamos que cada presidente que surja de las urnas sea el Redentor de cada una de las provincias del país, si así fuera seríamos una nación diferente.

Sólo espero que la presa de Monte Grande no se convierta en otra obra inconclusa de las tantas que existen en mi provincia.

Hay que recordar que los barahoneros tuvieron cuatro décadas exigiendo esta obra y sólo recibían un sinnúmero de promesas.

De una cosa sí estoy convencido, la ceremonia sirvió para demostrar a mucho de los presentes que en mí pueblo abundan los adulones y paniaguados cuyos paradigmas son hacer ridiculeces.

Son paniaguados con malsanas intenciones continuistas, porque no disimularon en ese solemne acto su falta escrúpulos. No respetaron siquiera la presencia de miembros de la oposición y la Iglesia Católica para lanzar sus retóricas reeleccionistas.

Esos paniaguados y adulones son la antítesis del pensamiento puro del profesor Juan Bosch. Son los que ayudaron a convertir el partido de la estrella amarilla en un fangoso estercolero político cuando abandonaron las obras y pensamiento del extinto líder del PLD para abrazar el lambonismo como su doctrina.

Esos funcionarios sin escrúpulos, que se atrevieron a proclamar al mandatario dominicano Leonel Fernández como “Redentor de Barahona”, sin lugar a dudas el poder los ha embriagado.

Por eso buscan afanosamente que el presidente se reelija para mantener sus privilegios y perpetuarse en el poder, quizás por los siglos de los siglos.

Sin siquiera decir ¡Amén!