Siempre opacada por el desarrollo del turismo en el Este, la región Suroeste puede ahora aprovechar el viento fuerte que traen las nuevas tendencias y llevar el bote mar adentro, lejos del puerto, que es sólo el principio
Los turistas, que marcan las tendencias, y al final a toda la industria, buscan ahora un modelo que les brinde más opciones que las que da el viejo y tradicional “sol, arena y playa”. Quieren emociones, experiencias y recuerdos, alcanzables en mayor medida, sólo a través del contacto con la naturaleza y la gente.
El estancamiento de Barahona, Pedernales e Independencia en la región Suroeste data del inicio del desarrollo turístico en el país. “En aquel entonces, la prioridad para el mercado era distinta, por eso las inversiones fluyeron hacia otro lugar”, es el criterio personal de Arturo Villanueva, vicepresidente ejecutivo de la Asociación de Hoteles y Restaurantes (Asonahores).
El problema sigue fresco. De 2,699 hoteles que operaban en el 2009, sólo 27 eran de las tres provincias, lo que significa 1.0 por ciento del total, según revela un informe hecho en conjunto por el Banco Central, Asonahores y el Ministerio de Turismo.
Otro levantamiento, sólo Ministerio, indica que desde el 2007 hasta el 2009 se aprobaron 688 proyectos. De estos, sólo 12 eran para desarrollarse en la región Suroeste, específicamente en Barahona. Lo que significa menos de 1.74% del total.
Opiniones
Elena Nuziantini, directora ejecutiva, del Clúster Turístico de Barahona, afirma que el problema ha sido de enfoque.
La italiana que vive en el país desde hace más de una década, explica que es cierto que la región no dispone de grandes playas o terrenos adecuados para campos de golf. Sin embargo, posee características que la hacen especial, como pequeños ríos y arroyos que desembocan al mar. Además de las aguas termales, uno de sus atractivos mejor valorados.
“Esos recursos no se han puesto en valor sino hasta el 2005, cuando las autoridades decidieron ampliar las medidas hacia la zona, porque se dieron cuenta de que competíamos con más de lo mismo en el mercado internacional”, dice. Para ella el modelo de grandes hoteles no garantiza ya la sostenibilidad del sector.
Villanueva esclarece más el tema. Dice que inclusive los hoteles que se construyen o remodelan son ahora más pequeños, de más alta densidad, pero que pueden desarrollarse en Barahona.
Al criterio del ejecutivo, lo que falta es más apoyo financiero, más dinero, para que los proyectos se materialicen.
Como ejemplo de la realidad, cita el caso de la familia Chiffino, quienes son dueños del hotel Casa Bonita, en Barahona, y una vez intentaron desarrollar un hotel de playa. Sin embargo, tuvieron problemas con el financiamiento y perdieron el proyecto, pero ahora es un hotel boutique certificado como Small luxury hotel.
Atractivos
Montañanas frías en la Sierra de Bahoruco; vistas de playas azules en las costas de Barahona; aguas sulfuradas del Lago Enriquillo; la experiencia de vivir el carnaval de Cabral, disfrutar de la aves endémicas, y de la naturaleza de los parques protegidos son algunos de los atractivos de esta región del Sur de la República, olvidada, pero prometedora.
PERFIL SOCIO DEMOGRÁFICO
Por provincias
Independencia, la menor de las tres provincias, con una extesión de 1,729 kilómetros cuadrados, posee dentro de ella al lago Enriquillo, el mayor de los lagos de las Antillas. En sus alrededores habitan varios tipos de iguana y uno de cocodrilo.
Barahona, la segunda en extesión física, dentro de sus características posee un clima variado, con temperaturas frías en las montañas, y calurosas en las zonas de llanuras.
De acuerdo a los volúmenes informativos de la campaña "Descubre Barahona", hecha por el Centro Cuesta Nacional, las mejores épocas para visitar la zona son durante los carnavales, el tiempo de playa o el mes de las fiestas patronales.
Perdenales, en cambio es la más grande de las tres provincias y quizás la más diversa en naturaleza.
Posee como riqueza la Bahía de las Águilas, la Playa Blanca, la Laguna de Oviedo y la montaña de Acetillar. También la depresión geográfica del Hoyo de Pelempito./Por Rainier Maldonado/Listín Diario
