Tadgh, un niño de 5 años, estaba con su madre en un supermercado en una localidad cercana a Dublín, cuando ocurrió todo.
Éste había sido abordado por una trabajadora del supermercado que le acusaba de haber robado una bolsa de papas fritas. “Vi que estaba llorando y que tenía una marca en el brazo porque aquella empleada lo había agarrado”, declaró Rachel, madre del niño, a un periódico irlandés.
La madre enseñó el ticket del producto al gerente de la tienda para demostrar que su pequeño no era ningún ladrón. A pesar de todo, la empleada acusadora se negó a admitir que se había equivocado, y por esa razón Rachel, madre de tres hijos, decidió emprender acciones legales.
Finalmente Tadgh salió triunfante de los Tribunales, puesto que ganó el juicio por difamación y falsas acusaciones. Consiguió llegar a un acuerdo con la compañía alemana dueña del local por el que ésta pagará 7.500 euros en concepto de daños. Esta cantidad será depositada en los locales judiciales hasta que Tadgh, que ahora tiene cinco años, alcance la mayoría de edad./
