Rebelde libios entran a ciudades de Este sin tirar un tiro; Tropas de Gadafi se repliegan - Barahoneros

domingo, 27 de marzo de 2011

Rebelde libios entran a ciudades de Este sin tirar un tiro; Tropas de Gadafi se repliegan


Las fuerzas rebeldes apoyadas por la coalición logró el control de Ras Lanuf y avanzan hacia Bin Jawad, paso previo al bastión de Muammar Khadafi, Sirte

Los seguidores del gobernante libio se encuentran en retirada a sus antiguas posiciones en Sirte antes que empezara la contraofensiva. Los rebeldes no hallaron resistencia alguna para hacerse con la importante ciudad petrolera de Ras Lanuf.

Inmediatamente decidieron continuar su marcha hacia el este retomando también el poder de Ben Jawad sin ningún enfrentamiento.

La intervención de las potencias extranjeras facilitó la tarea de los rebeldes en su avance hacia el este. El sábado por la noche, arrebataron el control de Ajdabiya a las milicias de Khadafi. El domingo, ya controlaban el puerto petrolero de Brega apenas sin ningún enfrentamiento. Gadafi retiró sus fuerzas de ambas ciudades y se espera que focalice los ataques en Misrata.

El envión anímico de los opositores, confronta sin embargo, con su poca preparación militar, falta de organización e ineficiencia. Luego de reconquistar las ciudades orientales sin tirar un tiro, desperdiciaron una gran cantidad de municiones disparando al aire en forma de festejos.

Se espera que las fuerzas de Khadafi se reagrupen Sirte, su bastión y ciudad natal. Los rebeldes avanzan sobre los campos petroleros que se encuentran en las cercanías de la ciudad. Esto producirá un nuevo equilibrio entre oficialistas y opositores.

Gadafi se plantea dividir el país.

El este de Libia sería para los rebeldes y el dictador se reservaría el oeste tras un baño de sangre en Misrata

Escondido en su búnker de cuatro plantas, Muamar el Gadafi está recibiendo consejo de sus asesores más cercanos, esos a los que ya no asustan las amenazas de Barack Obama con el Tribunal Internacional porque tienen tanta sangre en las manos que su única salvación será que el líder libio se perpetúe. Su solución es sencilla: dividir Libia.

Los rebeldes pueden quedarse con el lado este del país, con Bengasi como capital, y Gadafi con el oeste, donde el dictador sigue siendo popular y querido entre las tribus que lo ayudaron a llegar al poder. Siempre podrá acusar de este resultado a la comunidad internacional, que ha intervenido en favor de unos rebeldes sin fuerza suficiente para vencerle.

El problema es que esa solución pasa primero por un verdadero baño de sangre, el que se produciría en Misrata. La tercera ciudad de Libia, después de Trípoli y Bengasi, está controlada por los rebeldes y soporta las más duras batallas por encontrarse a solo 200 kilómetros de la capital. Los asesores de Gadafi proponen que concentre sus fuerzas de tierra en limpiar esa zona y fortalecer su posición en la mitad oeste, que podría seguir gobernando sin necesidad de utilizar el espacio aéreo que le ha robado la ONU.

Así se lo contaron los representantes rebeldes al diario 'The Washington Times', temerosos de que se avecine una masacre. La oposición no está dispuesta a negociar, «no aceptaremos nada que no sea una Libia unida con Trípoli como capital», aseguró al rotativo un portavoz identificado solo como Mohammed por cuestiones de seguridad. En Washington, los expertos confirmaron que la de Misrata será la gran confrontación, porque es clave para el control de Libia. «La batalla por Misrata es la batalla por Libia», dijo a la prensa Fadel Lamen, presidente del Consejo Libio-Americano. «Si Gadafi triunfa ahí, podrá consolidar su poder en el oeste y dividir el país como pretende».

Cementerio de convoyes

Los comandantes estadounidenses que todavía dirigen las operaciones en Libia deben de saberlo porque, según los testimonios de un rebelde, la carretera entre la ciudad natal del coronel Gadafi, Sirte, y Misrata es un cementerio de convoyes militares destruidos por los bombardeos.

Las fuerzas de Gadafi a las afueras de la ciudad han tenido que buscar un nuevo cuartel general, después de que los misiles estadounidenses bombardeasen el miércoles el antiguo hospital que les servía de base. Sus tanques y artillería pesada han sido trasladados a un mercado a la entrada de la localidad, cerca de un hostal que sirve de sede para la comandancia. Desde allí perseveraban ayer en el asedio de la pieza clave para lo que puede ser la supervivencia de Gadafi en el poder.