Un hombre que pesa 215 kilos, finalmente ha decidido bajar de peso cuando los médicos fueron incapaces de detectar los latidos de su corazón, porque estaba tan gordo. Alan Belmont, de 24 años, se sorprendió cuando los médicos le dijeron que no podían encontrar el pulso a pesar de usar un estetoscopio y hasta una máquina de ultrasonido.
Los doctores le dijeron que las máquinas del hospital, no eran lo suficientemente potentes como para penetrar en su gruesa capa de grasa.
Los médicos finalmente encontraron un pulso débil bajo el brazo y fueron capaces de darle una lectura. Pero la experiencia sorprendió al Sr. Belmont, que lleva nada menos ropa XXXXXL.
Belmont, de Worcester, se ha propuesto la meta de perder 127 kilos, casi la mitad de su peso corporal.