POR JOSE ANTONIO MATOS
Para Ecos del Sur.
El discurrir de los d�as, va sumiendo en aparente olvido, toda la problem�tica que sufren alrededor de 200 mil ciudadanos que viven en la zona de influencia directa de la crecida del lago Enriquillo, quien presenta un saldo de 1400 cent�metros de subida vertical de sus niveles, de los cuales solamente, corresponden al pasado a�o, 155 cent�metros y que en los primeros d�as del a�o, registr� unan elevaci�n de sus niveles en casi 4 cent�metros verticales.
La emisi�n de conceptos y valoraciones incorrectas, por parte de t�cnicos y personalidades de alto cr�dito en la vida nacional, sin que se hayan ocupado de hacer un descenso a toda la zona y ver, medir y razonar en cuanto a las causas de este fen�meno, que lejos de ser inexplicable y de ser algo normal � natural, hemos demostrado, que su origen es el cambio del curso de el 75% de las aguas que iban antes al mar caribe, por la Bah�a de Neiba, y que hace mucho m�s de 8 a�os, est�n yendo a la parte m�s baja que tiene la Isla, la Hoya del lago Enriquillo.
Es la causa fundamental de la crecida, es el detonante en los niveles desmedidos de sus aguas, ya que una parte corresponde a los aumentos de los caudales de m�s de 70 afluentes en sus alrededores, sobre todo, a partir de la presencia de los fen�menos naturales, Olga y Noel, entre otros menores, que tambi�n desbordaron en m�ltiples ocasiones las cotas de las presas, y reabastecido permanentemente la laguna Del Rinc�n, que con su aliviadero natural, mantiene un nivel importante de alimentaci�n hacia el Enriquillo, aun, cuando ya hayan terminado las escorrent�as desde San Juan de la Maguana.
Los temblores de tierra recientes, la confusi�n referida anteriormente, junto a las declaraciones lamentables de los Ministros de Medio Ambiente, el anterior y el presente, en el sentido de que hay nada que hacer en cuanto a la protecci�n de esta zona, deteniendo su crecida, aleja la esperanza de toda una regi�n, cuya calamidad no solo la lamentar� el famoso sur profundo, sino que tambi�n la naci�n entera.
Esa postergaci�n y olvido a que nos quieren acostumbrar, en este caso a toda la zona y que se refleja adem�s, en la gran ciudad de Barahona, con la falta de inversi�n en ese gran caudal tur�stico, que es de nosotros tambi�n, lo observamos el la promulgaci�n de la ley de estrategia de desarrollo a 30 a�os que se acaba de promulgar, en la que no nos sentimos.
La desinformaci�n a que se ha sometido con la crecida, con cient�ficos que no han investigado, los cuales han hecho deshonor a la sentencia de un gran pensador, cuando dijo �El Que No Investiga, No Tiene Derecho A LA Palabra �, nos tienen m�s postrado de lo que se pudiera, en raz�n de que si se estuviera actuando en consecuencia, no fueran 325 mil tareas de tierras cultivadas las que est�n bajo aguas, no fueran m�s de 4 mil unidades vacunas las que tuvi�ramos de menos, no fueran m�s de 70 millones de pesos por a�o que estuvieran perdiendo solamente, los ganaderos del sector de Duverg�, no fueran miles y miles de h�bitat, de flora y fauna que se est�n perdiendo, en vez de andar detr�s de infelices asnos, que aunque pudieran ocasionar da�os ecol�gicos, se parece al tomar el R�bano por las hojas.
La regi�n Enriquillo demanda ser tomada en cuenta, el cuarto polo tur�stico debe ser importantizado, el aliviadero de Canoa tiene que ser rehabilitado, el Dique de MENA, tiene que ser reestablecido, para manejar los caudales excedentes y poder ser llevados a la Bah�a de Neiba, donde lo espera todo un ecosistema, el R�o Yaque del Sur, limpiado en sus 60 kil�metros de curso y la impostergable presa de Monte Grande, estas son acciones fundamentales en una agenda de desarrollo.