POR DAVID RAMIREZ.
Estimado amigo.
Desde hace muchos a�os vengo leyendo libros donde famosos gur� de la administraci�n moderna han dejado establecido muy claro la diferencia entre ser un jefe y ser un l�der.
Los conceptos de jefe y l�der son t�rminos diferentes que muchas veces se confunden: no todo jefe tiene liderazgo.
En una empresa no todo el mundo tiene el arte de influir sobre la gente para que trabaje con entusiasmo en la consecuci�n de objetivos en pro del bien com�n.
No en toda empresa existe un l�der que hace de la gente ordinaria, gente extraordinaria. Un l�der que trate a los dem�s miembros de su personal como si fueran gente importante, que pueda inculcar el esp�ritu de equipo, de hacer del entorno un lugar positivo.
Es dif�cil para un empleado trabajar en un ambiente donde en vez de l�der tengan un jefe que en todo momento deja entrever quien es el que manda, que sus ideas u opiniones deben imponerse por encima de todos. Lo peor de todo es cuando ese jefe no trata a sus empleados como personas, sino como medios para conseguir rating en un programa de radio, siendo de esa manera no vale la pena continuar en el mismo.
Tengo entendido que tienes un jefe que generalmente abusa de su autoridad, que quiere demostrar ante los dem�s que �l es superior a todos, humillando y reprendiendo p�blicamente a sus empleados, pisoteando su dignidad como persona, en pocas palabras, un jefe que con sus acciones desenfrenadas y poco juiciosas, s�lo busca destruir moralmente a la persona frente a su p�blico.
Son jefes que se creen perfectos, pero son indeseables, jefes que suelen poblar la zoolog�a en muchas empresas y organizaciones.
Como usted sabr�, para muchos escritores, la humillaci�n p�blica puede considerarse como una forma de tortura ya que busca menoscabar la dignidad del ser humano.
Es cierto que todos necesitamos trabajar para poder subsistir, pero cuando una persona es humillada p�blicamente por su jefe, siente verg�enza,pero tiene dos opciones;abandonar la empresa o plegarse sumisamente a ella y aguantar lo inaguantable.
Pero a tu alrededor se ha construido un castillo de moralidad p�blica que debes cuidar.
Desde nuestra �poca de dirigentes estudiantil tu persona siempre ha sido respetada y querida por muchos. Eres de los pocos dirigentes de la antigua izquierda que a�n mantienen su esp�ritu combativo, ejemplar, honesto y con una personalidad incorruptible, por lo tanto, lo m�s que podemos esperar de t� es tu salida inmediata de un programa de radio que no aporta nada a tu brillante carrera pol�tica.
Cuando una persona como tu es humillada publicamente lo primero que podr� recibir de sus amigos ser� la solidaridad, pero tambi�n sentir pena al saber que quien te humill� no tiene tu misma capacidad intelectual. �Recuerda que no ofende quien quiere, sino quien puede!.
Sepa amigo mio que cuando jefe como el que tiene humillan p�blicamente a sus empleados y se sienten con poder, existe la posibilidad de que repitan su humillaci�n, esta vez peor que la anterior, sencillamente al darse cuenta que sus empleados les son sumisos y serviles.
Las relaciones son una calle de doble v�a, obedecer ciegamente es peligroso, si aceptaste la primera vez una humillaci�n y volviste al programa de radio como si nada hubiese pasado y ese jefe no se disculp� p�blicamente ante los oyentes, es muy probable que en ti se haya perdido el respeto por tu persona.
Cuando ocurra una segunda humillaci�n p�blica ya nadie se inmutar�, nadie se solidarizar� contigo porque t� como persona habr� perdido credibilidad. Para tus amigos el �cirquero� y �showero� no ser� tu jefe, tambi�n lo ser�s tu, ambos ser�n tal para cual.
Para cuando hayas recapacitado te dar�s cuenta que perdiste el respeto por tu persona y la credibilidad en tus amigos, te dar�s cuentas que habr�s perdido dos veces.
Porque al que humillan y obedece� pierde dos veces