POR NELSON ENCARNACION-
En 1980 asist�, como reportero de El Caribe, al acto en el cual el presidente Antonio Guzm�n dio el primer picazo como arrancada inicial para la construcci�n de la carretera Cibao-Sur, una de las obras m�s anheladas por ambas regiones.
Aquel fue el primer y �ltimo picazo que se dio, ya que de inmediato el gobierno de Guzm�n abandon� el proyecto, sin que se conocieran las razones.
Se especul� entonces-, y se repiti� posteriormente cada vez que se habl� del proyecto-, que existen poderosos intereses que se oponen a la construcci�n de esa carretera, a pesar de que siempre ha contado con financiamiento externo para su realizaci�n.
Hay quienes sostienen que el boicot reiterado a esa obra obedece a que algunos sectores, supuestamente, ver�an disminuir determinadas actividades comerciales que dependen del movimiento de veh�culos y personas por otras v�as.
Cualquiera que haya sido la raz�n, lo cierto es que no ha habido forma de emprender con seriedad la construcci�n de esa obra, a pesar de que es m�s que sabido que un pa�s no puede alcanzar niveles adecuados de desarrollo sin contar con una estructural vial que lo sustente.
Pa�ses de las mismas dimensiones territoriales y a�n m�s reducidas que el nuestro han logrado construir esa infraestructura de comunicaci�n terrestre, lo que les ha permitido entrelazar todas sus regiones y propiciar un desarrollo m�s o menos equitativo. En las �ltimas semanas se ha vuelto a abordar el tema de la carretera Cibao-Sur con una perspectiva auspiciosa de que en esta ocasi�n se haga realidad.
Esta obra, que contribuir�a enormemente a potenciar el desarrollo de esta �ltima zona, pero al mismo tiempo a dinamizar el comercio entre ambas regiones, deber�a ser asumida como un compromiso del Estado y emprenderla cuanto antes.
El pa�s tiene un considerable d�ficit de infraestructura vial-por lo menos diez grandes carreteras-que ayuden a la comunicaci�n interregionales, con lo cual se obtendr�an considerables ahorros en tiempo y en combustible, adem�s de revaluar las zonas por donde se construyan.
Sin embargo, hay un elemento -el ecol�gico- que preocupa y que se supone que ser� tomado bien en cuenta cuando se realice la obra, aspecto que en otras partes ha sido manejado correctamente, de forma que se pueda armonizar el cuidado del medioambiente y el necesario desarrollo vial.
En conclusi�n: la carretera Cibao-Sur es una necesidad y una aspiraci�n de miles de productores, comerciantes, transportistas, pobladores y otros potenciales beneficiarios en el Norte y en el Sur.