El caso conocido como “Figueroa-Agosto” deja en la ciudadanía el sabor amargo de la impunidad y el encubrimiento.
Para Guillermo Moreno, candidato presidencial, lo negativo de esta caso no esta en la sentencia, pues de hecho el Tribunal está limitado por el pedimento del Procurador Fiscal.
Lo grave de este caso estuvo en la investigación y en la acusación presentada por el Ministerio Público. Lo grave de este caso no está en los acusados que fueron juzgados y condenados, todos involucrados en la red de Figueroa Agosto, sino en los que estuvieron ausentes de la investigación, de la acusación y como es natural, de la condena. ¿Dónde están los militares, policías, legisladores y funcionarios que durante 10 años le dieron protección a Figueroa Agosto y se asociaron con él en sus negocios criminales?
Este caso, desde el principio tuvo mas sombras que luces, y el Ministerio Público, lejos de representar el reclamo de una sociedad humillada por una estructura de narcotraficantes que operaba libremente por la protección que recibía de jerarcas militares, policiales, legisladores y políticos inescrupulosos, se prestó a mirar para otro lado y solo llevar al banquillo de los acusados al lado mas débil de la cadena.
Lo pernicioso de esta sentencia es que deja como cosa juzgada el caso de Figueroa Agosto y por tanto queda libre e impune la estructura criminal que le dio sustento y que por tanto seguirá actuando en perjuicio de la sociedad.
Con un Ministerio Público y un aparato de justicia funcionando así, es natural que la sociedad nuestra se sienta en un estado de indefensión frente al crimen organizado y frente a la delincuencia común.