Pequeños indicios de afección cardiaca registrados en los electrocardiogramas (ECG), pero que a menudo son desatendidos, advierten del riesgo de muerte en un corto plazo, difundió hoy la revista Science Translational.
Patrones erráticos como ruidos que suelen ser desestimados en las lecturas de electrocardiogramas constituyen sutiles advertencias de que el paciente hospitalizado puede morir de un ataque al corazón en el plazo de un año.
Normalmente, los tratamientos más fuertes son indicados a los enfermos que sufren un infarto cardiaco y se basan en el historial clínico del paciente, su salud general y los resultados de análisis sanguíneos y electrocardiogramas.
El estudio fue realizado por investigadores de la Universidad de Michigan (UM), el Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT), la Escuela de Medicina de Harvard y el Hospital Brigham and Women's de Boston, liderados por Cesan Syed.
En los meses posteriores a ataques cardiacos, los enfermos presentan irregularidades en el ritmo cardiaco que puede llevar a la muerte.
Los fármacos y desfibriladores pueden evitar ese riesgo, sin embargo, es difícil determinar quién los necesita y muchas personas que lo tienen en realidad no los requieren, indicaron los expertos.
Una buena parte de los pacientes, no son identificados como candidatos para desfibriladores, dijo Syed.
Con el empleo del ECG, el autor principal del estudio observó las variaciones en el ritmo cardiaco de un enfermo hospitalizado que fueron contrastados con las de otras personas con historiales clínicas similares.
Observó que los individuos con indicios sutiles de daño cardiaco presentaban entre dos y tres veces más riesgo de morir al año siguiente del ataque cardiaco.