Para Rendall Lee Church, quien pasó los últimos 26 años de su vida en prisión, los cambios que el mundo ha hecho son tan rápidos que él piensa que el lugar más seguro para llevar una vida normal es en prisión. Como había sido puesto en libertad, decidió que quería volver tras rejas. “No sabía cómo usar computadoras o teléfonos celulares o Internet“, se sinceró Church.
En una entrevista al periódico San Antonio Express-News, Church dijo: “Todo ha ido muy rápido sin mí”, quien actualmente está en la prisión del condado de Bexar, Texas. ¿Que hizo para que volvieran a encarcelarlo?
Para eso preparó un plan: provocó el incendio durante la época de incendios en julio, apenas 96 días después de haber salido de prisión por el asesinato en 1983, un apuñalamiento ocurrido durante una discusión por dinero en estado de ebriedad.
“No sabía cómo usar computadoras o teléfonos celulares o Internet“, se sinceró Church, quien cayó preso cuando la tecnología de punta era el teléfono inalámbrico que hoy se asemeja más a un ladrillo que a un medio de comunicación. “Lo más raro de todo era caminar en una tienda como Walmart y que los padres escondieran a sus hijos de mí, como si fuera a saltarles encima”.
Según la página de Internet de la prisión, Church fue condenado a cinco años de prisión por incendio provocado. Y, como si fuera una ironía, aclara que en octubre de 2012 podrá pedir libertad bajo palabra.
Será como dice la directora de la Coalición de Justicia Criminal en Texas, Ana Yáñez Correa, se necesita que “cuando la gente está en prisión, necesita que les ofrezcan programas vocacionales y asesoría y programación de pensamiento cognitivo para que cuando salgan puedan mantener a sus familias”, tal vez eso le hizo falta a Church.