Para orgullo de los barahoneros, reconocen al Larimar como Piedra Nacional de la RD - Barahoneros

viernes, 30 de septiembre de 2011

Para orgullo de los barahoneros, reconocen al Larimar como Piedra Nacional de la RD


La Fundación Kyoto, saluda la aprobación por parte de La Cámara de Diputados en segunda lectura del proyecto de Ley mediante el cual se establece el Larimar como Piedra Nacional de la República Dominicana. La pieza obtuvo la mayoría de las votaciones de los diputados allí presentes.

Manuel Pereyra, presidente de la reconocida entidad dijo que “el Larimar es cultura, es turismo y es comercio artesanal y comercial y para su explotación; debe ir de la mano con el respecto a las leyes ambientales, a favor de un desarrollo sostenible. Es una piedra preciosa que contiene blanco, azul claro, azul verdoso y azul profundo. Los geólogos investigadores han establecido que solo existe en la isla de República Dominicana. Su origen es mineral”.

Su nombre surge de la unión del nombre de una de las hijas de Miguel Méndez, (dominicano), descubridor del mineral, que se llamaba Larissa y la palabra Mar Caribe en referencia al lugar donde fue encontrada por primera vez la joya preciosa, fundiendo asi LARY con el sustantivo MAR delo que resultó “Larimar”.

Azul como el mar, nacida en las entraña de nuestras tierras es una piedra preciosa única en el mundo, que se halla en la región suroeste de República Dominicana en la sierra del Bahoruco.

Su uso para la comercialización, explotación y exportación, no está totalmente regulada hasta el momento.

Las Minas de Larimar

Las minas de Larimar se encuentran en la carretera que va de Barahona hacia Pedernales, se toma un desvío para 10 kilómetros adentro de las montañas llegar a Los Checheses.

Solamente uno puede llegar en vehículo de doble tracción, atravesando baches y peñascos, a muy baja velocidad. Por suerte, la temperatura se va suavizando a medida que uno sube, y ya en el paraje, se siento un frescor reconfortante, en contraste con las altas temperaturas de Barahona, al que se unen los bellos paisajes que uno va dejando atrás.