
Muchos jugadores de baloncesto retirados, van a la quiebra- concretamente un 60% de los jugadores NBA quiebran una vez cumplen 5 años de su retirada- por varias razones. He identificado algunas de los puntos más comunes que hacen que un jugador que se retiró le ocurra algo tan grave:
1. Estilo de vida caro y gastos: Muchos atletas se acostumbraron a vivir en cierto estilo de vida durante sus días como jugador. Nunca piensan en cambiar su estilo de vida y hábitos de consumo. Esto ocurre después de sus carreras, entonces el dinero que sale no coincide con el dinero que se ingresa. Pocos atletas pueden ganar la misma cantidad de dinero que estaban ganando cuando jugaban. Muchos jugadores compran los coches más caros, la mayor casa, comen en los mejores restaurantes y visten la ropa más cara. Una vez que un jugador se retira, estas cosas tienen que cambiar, o gastaran todo el dinero que se ahorra cuando se jugó.
2. Divorcios: La tasa de divorcio en la NBA es de 85%. No sé la tasa de divorcios de Europa ex-atletas profesionales, pero me imagino que también es alta. Normalmente, si un jugador y su ex cónyuge no firmaron un acuerdo prenupcial, el cónyuge tiene derecho al 50% del total de los ingresos de los atletas.
3. Hijos extramatrimoniales: Pensión alimenticia y otros gastos asociados al cuidado de un hijo fuera del matrimonio es otro factor que agota rápidamente la economía de la red ex-atletas profesionales.
4. Falta de experiencia laboral: Durante su carrera muchos deportistas pasan la mayor tiempo del tiempo a ésta por lo tanto, nunca se toman el tiempo necesario para prepararse para la vida que llega después de ser jugador y por ello no acumulan experiencia laboral en otros campos para que puedan conseguir un trabajo una vez llegue el momento. El promedio de duración como jugador NBA es de 3 años. Esto significa que si un jugador juega esos 3 años, estará fuera de la liga cuando tenga 24 o 25 años cuando debería trabajar para, prácticamente, el resto de su vida. Sin la experiencia para conseguir un trabajo, el dinero se esfuma rápido mientras tratan de averiguar qué es lo que puede y no puede hacer. En el caso de Europa, muchos jugadores no van a la universidad antes de comenzar su carrera profesional de baloncesto.
5. Errores montando negocios: Debido a que muchos jugadores no tienen experiencia en el manejo de empresas, suelen invertir dinero en un negocio del que no saben nada al respecto. Cuando esto sucede, lo más probable es que el negocio no tenga éxito y el ex-profesional de baloncesto perdierda toda su inversión inicial y quizá más, porque tendrá que pagar a un abogado para ayudarles a salir del negocio.
6. Problemas fiscales: Muchos ex atletas profesionales tienen problemas con el pago de su factura de impuestos. Si no paga la cantidad correcta de impuestos, mientras estaban jugando, van a tener que pagar lo que deben al gobierno y, a veces, las sanciones también serán aplicadas.
Por Corey Crowder
Jamal Mashburn, la excepción que confirma la regla
Hace unas semanas, nuestro blogger Corey Crowder nos ofrecía un dato escalofriante: un 60% de los jugadores NBA quiebran una vez cumplen 5 años de su retirada como profesionales. Miembro de la Elite Pro Coaching Group, una empresa que asesora a ex atletas y atletas con perfil profesional para que sepan administrar sus finanza, nos ofrecía esta información ofreciéndonos incluso las razones que llevan a tal final a deportistas que han llegado a ganar más de 100 millones de dólares durante sus carreras profesionales. Sin embargo, no todos tienen tan mal ojo para los negocios o su falta de previsión les hace ir dilapidando a un ritmo vertiginoso su patrimonio. Hay honrosas excepciones. Ex jugadores que saben cómo y dónde invertir. Un buen ejemplo de ello es Jamal Mashburn, un ex NBA que ha saltado a las primeras planas en los últimos días por su interés en adquirir los New Orleans Hornets, franquicia que actualmente es propiedad de la NBA.
Jamal Mashburn (29-XI-1972) se retiró prematuramente en 2004 tras 11 campañas en la NBA. Formado en la Universidad de Kentucky (1990-93), donde llegó a disputar la Final Four de la NCAA en 1993, fue elegido por los Mavericks como número 4 del draft de 1993. Elegido en el quinteto ideal de rookies en su temporada de debut, conformaría en Dallas la denominada "Triple J" con Jim Jackson y Jason Kidd. Su segunda campaña en la NBA (1994-95) sería la mejor de su carrera en cuanto a estadísticas se refiere: promediaría 24.1 puntos, 4.1 rebotes y 3.7 asistencias de media, anotando 50 puntos ante los Bulls el 12 de noviembre de 1994. La siguiente temporada se la pasaría prácticamente en blanco por una grave lesión. Hay empezaría un largo historial de lesiones que le harían ser traspasado a los Miami Heat (1997-00) para acabar su carrera en los Charlotte/New Orleans Hornets (2000-04), franquicia con la que llegaría a ser All Star y a ser elegido en el 3º Quinteto Ideal en la misma temporada, la 2002-03, merced a los 21.6 puntos, 6.1 rebotes y 5.6 asistencias por encuentro promediadas en aquella campaña. La temporada siguiente volvería a recaer de sus problemas de rodilla, que le obligarían a dejar el basket en 2004. Mashburn fue un jugador elegante, polivalente y con mucho talento que fue madurando con el paso de los años hasta convertirse en un jugador total. Uno de los aleros más finos de entre la segunda mitad de la década de los '90 y la primera del presente siglo.
Se calcula que Monster Mash, apodo por el que se le conocía como jugador, ganó alrededor de 75 millones de dólares a lo largo de su carrera profesional. Muy lejos de dilapidar semejante cantidad, se dedicó a invertir sus ahorros bien asesorado. A sus 39 años, es propietario de hasta 37 Restaurantes de la cadena Papa John's pizza, 30 de la franquicia Outback Steakhouses, posee dos concesionarios de coches y una Inmobiliaria en Kentucky. Además es socio en otros negocios de su ex entrenador en Kentucky Rick Pitino.
"Trabajar en el mundo de los negocios es algo que siempre quise hacer" admitía Mashburn al diario China Daily. "Tenía talento como jugado y lo he utilizado como vehículo para abrirme puertas y conocer gente. No quiero que lo mío sea algo perecedero, quiero continuar mi legado como hombre de negocios. La gente verá en mi más allá de un ex jugador profesional".
Añade Mashburn que "he aprendido mucho del baloncesto: cómo ser disciplinado, cómo motivar a los demás y cómo ser un líder. El modo en el que juegas se traslada a los negocios. El hecho de tener dinero como ex profesional no quiere decir que seas un gran hombre de negocios. Tienes que comenzar desde 0 en este mundo de los negocios".
Dentro de los más íntimos deseos de Mashburn es hacerse con los New Orleans Hornets, franquicia que desde 2010 es propiedad de la NBA. Un objetivo que ya ha sido comunicado al propio Comisionado David Stern. Mashburn entraría en el grupo de empresarios que adquiriesen la franquicia, que ha sido valorada por la Revista Forbes por 280 millones de dólares (la NBA la compró por 310 millones).