Muchos andaban perdidos, porque no conocían la ubicación ni de sus oficinas ni del hemiciclo,pero para agregar una nota de locura a la sesión, Radhames Ramos García (El bufón) predicaba a cada uno de los diputados que es un enviado de Dios y que su destino es ser presidente de la república
En la sesión de estreno de la Cámara de Diputados ocurrió de todo. En el lugar, donde más de 90 de sus integrantes son nuevos, muchos andaban perdidos, porque no conocían la ubicación ni de sus oficinas ni del hemiciclo, a pesar de que participaron en dos sesiones de ensayo y en la toma de posesión.
Un personaje tan respetado como Hugo Tolentino Dipp, en medio de ese maremoto del primer día, en el momento de votar que sí pulsó el botón opuesto, debido a que no conocía el sistema automatizado de votación.
Pero tampoco las condiciones técnicas resultaron las apropiadas. El sonido falló constantemente, igual que ocurrió con la computadora que registra en pantalla gigante la proporción de los votos.
Los más destacados en la sesión del día fueron Luisín Jiménez y Juan Hubieres.
Jiménez atacó a la prensa, a la que responsabiliza de la mala imagen de la Cámara de Diputados.
Hubieres sobresalió, no por su discurso neoliberal en contra de los ricos, sino por lo que le vociferaban los congresistas peledeístas: “Vividor”, ¿Pagaste las guaguas azules?, chantajista, aprende a manejar, dirige un sindicato y no sabe manejar”.
Pero tampoco se quedó atrás el diputado chino, Radhames Ramos García, de La Vega, quien hablaba con la prensa y con legisladores del PLD y del PRD, y les decía: “Yo soy un comunista, enviado de Dios, para ser presidente de la República”.
También invitaba a sus interlocutores a que imiten sus acciones comunitarias, porque él dice que su salario lo invirtió en una clínica de su ciudad, que se llama El buen pastor.