Si el Estado dominicano hubiese destinado a la educación preuniversitaria los RD$312,764.8 millones que se dejaron de invertir desde 1999 a la fecha, según establece el primer boletín del Observatorio del Presupuesto en Educación, muchas de las fallas que presenta el sistema actual hubiesen sido corregidas.
Así opinaron por separado la directora de Acción por la Educación (Educa), Aida Consuelo Hernández, y el ex presidente de la Asociación Dominicana de Profesores, Eduardo Cuello.
Hernández señala que siempre y cuando se hubiese hecho una buena gestión de esos fondos, hoy día quizás estuviera corregido el déficit de aulas, que está estimado en unas 26,000. Según dijo, el sistema educativo preuniversitario necesita 61,700 aulas con el sistema de dos tandas, pero solamente hay 35,700.
En este contexto, Hernández consideró que también habría más cobertura y una mejora en la situación de los maestros.
El ex presidente de la ADP, Eduardo Cuello, también cree que con esos recursos "otra cosa hubiese sido". Como Hernández, considera que se hubiese resuelto el déficit de aulas, la situación de los maestros y el acceso a la educación.
Agrega que igualmente hubiesen servido para la mejora de la formación de los maestros, del desayuno escolar y del seguro de los maestros "que hoy está casi al borde de la quiebra".
El promedio
Según el boletín, que fue elaborado por el Foro Socioeducativo, desde 1992 al 2011, la inversión en educación ha promediado el 1.8% del Producto Interno Bruto, 2,2% menos que el 4% que asigna la Ley 66-97 sobre Educación.
De acuerdo con el boletín, uno de los años en que más se invirtió en Educación fue el 2001, con 2.4%. En 1999, año en que el Estado debió empezar a erogar el 4% del PIB, la inversión alcanzó apenas llegó al 2.03 %.
Trabas
El boletín señala que el incumplimiento de las metas propuestas por cada plan de decenal (desde el 1992 se han elaborado tres) revela la complejidad de la crisis político- institucional que afecta al sistema educativo preuniversitario. Agrega que las prácticas clientelares que predominan en la cultura política nacional limitan la institucionalización del sistema educativo. "Se reconoce que la excesiva burocratización y la centralización en la toma de decisiones ha restringido el proceso de descentralización prescrito en la normativa educativa desde 1997".